
José Luis Rodriguez Neri, el cerebro de la trama de corrupción en la SGAE, según el juez, apenas tenía propiedades a su nombre. Pero, desde luego, no tenía problemas de dinero.
Entre él y su pareja, María Antonia García Pombo, sumaban múltiples propiedades inmobiliarias tanto en Madrid como en la costa gaditana, además de una jugosa colección de joyas y obras de arte, según informó ayer el diario Público. Pero, ¿cómo obtenía el dinero?
Fuentes próximas al caso han confirmado a elEconomista que la Guardia Civil encontró en la sede de la SDAE, la filial de la sociedad de autores que él dirigía, un cheque en blanco firmado a su nombre por Teddy Bautista, el presidente de la entidad. Lógicamente, el cheque, localizado en la caja fuerte, estaba sin cobrar, pero eso a Neri apenas parecía importarle porque había desviado ya varios millones de euros a sus empresas, con Microgénesis a al cabeza.
Según el informe de la Guardia Civil, en esta sociedad no sólo trabajaron él y su mujer, sino también su hija, Leticia Rodríguez Álvarez y su hermana, Juana Cristina Roríguez Neri.
Demanda
El cabecilla de la trama, que salió de prisión el pasado 3 de agosto tras pagar la fianza, sigue manteniendo su inocencia y, de hecho, nada más pisar la calle pidió su reingreso en la SGAE, a la que ha demandado por despido improcedente.
Es un paso similar al que ha seguido el expresidente Teddy Bautista, que según confirman las fuentes consultadas habría emprendido también acciones legales. A la espera de como evolucione el proceso judicial, Teddy no ha descartado tampoco su posible regreso a la SGAE.