Empresas y finanzas

¿Los miedos de la economía se harán realidad durante el próximo año?

Desaceleración económica, crisis crediticia e inflación. Estos son los tres principales problemas con los que se van a despertar las bolsas mundiales el próximo ejercicio. Y no va a ser fácil superarlos. Sobre todo porque las turbulencias financieras que están azotando a todos los mercados todavía no han encontrado suelo a pesar de llevar ya seis meses instaladas en ellos.

Y es que esta crisis está demostrando una cara muy peligrosa. Tanto que su impacto sobre la economía aún se desconoce. El origen de la incertidumbre ha sido las hipotecas de alto riesgo -subprime-. El auge de este activo vino asociado a unos bajos tipos de interés, malas prácticas crediticias y el desarrollo de unos vehículos de inversión que agrupaban esos préstamos empaquetados con unos de bajo riesgo.

Pérdidas astronómicas

La irrupción de la morosidad hizo saltar las alarmas en verano y ha provocado una fuerte caída del valor de los activos. Por ahora, las pérdidas no han acabado de cuantificarse, pero las estimaciones apuntan a que pueden rondar los 500.000 millones de dólares -casi la mitad del PIB español de este año-, aunque los bancos sólo han provisionado en torno a 100.000 millones de dólares.

"Las pérdidas asociadas a las subprime tardarán aún varios meses en conocerse, ya que se necesita que las entidades acaben de sacar a la luz sus activos dudosos y se precise en el mercado hipotecario los límites del crecimiento de la morosidad. Hasta mediados de marzo, no conoceremos toda la realidad", explica Antonio Zamora, director de análisis de Banco Urquijo.

Hasta la fecha, las consecuencias están siendo bastante significativas, ya que los principales bancos mundiales han reducido su valor en el parqué en más de 600.000 millones de dólares desde mediados de verano y se ha limitado la capacidad de conceder préstamos, y los que se realizan tienden a endurecerse. Éste es el factor que puede tener el impacto más directo en la economía.

Grandes dudas

Con toda esta crisis sobrevolando los mercados, las firmas de inversión estiman que se va a producir una desaceleración mundial del crecimiento económico. Por ejemplo, si se mira a Estados Unidos (EEUU), los expertos aseguran que la causa fundamental de la desaceleración es la contracción del sector inmobiliario residencial. Sin embargo, a esto se ha unido la citada crisis crediticia y un sustancial crecimiento del precio de las materias primas, sobre todo del petróleo, que debilitan el consumo y la inversión, pero que trae aparejado un incremento paulatino de la inflación en la región en los últimos meses.

Ante este panorama, el consenso realizado entre catorce firmas de inversión estima que la mayor economía del mundo puede crecer entre 1,5 y un 2 por ciento el próximo ejercicio, con un incremento de los precios del 2,6 por ciento. Y es que los expertos aseguran que los precios del crudo, aunque descenderán, se mantendrán en niveles altos.

Con estas cartas, los analistas creen que la Reserva Federal (Fed) puede recortar los tipos de interés en las próximas reuniones, hasta situarlos en el 3,25 ó 3 por ciento. Ahora se encuentran en el 4,25 por ciento. "En los próximos meses, la Fed debería seguir ajustando su política monetaria para permitir que los tipos de interés del Tesoro a largo plazo se mantengan bajos y que los tipos aplicados a los préstamos concedidos a empresas y hogares se suavicen", dice Rodríguez Añino, responsable de M&G Investments en España.

¿Y Europa?

Por otra parte, el escenario que se cierne sobre Europa presenta también unos importantes interrogantes. Tras cerrar previsiblemente este año con un crecimiento del 2,7 por ciento, la economía de la zona euro se enfrenta al reto de mantener en 2008 una cierta desvinculación de la estadounidense, a pesar de ciertos factores de moderación.

Para ello, es necesario que se reequilibre y que el consumo privado se una al sector exterior para tirar del crecimiento. "Será clave la evolución del consumo privado, que debería compensar al menos en parte la desaceleración en la inversión empresarial, motor hasta ahora del crecimiento económico europeo", comenta Renta 4. Por ahora, las previsiones del PIB de esta región van desde el 1,8 hasta el 2 por ciento en 2008.

Miedo a los precios

Sin embargo, uno de los principales problemas que acecha a la zona euro es la inflación. Hay que tener en cuenta que el barril de Brent -petróleo de referencia en Europa- se encuentra en los 91 dólares, tras repuntar casi un 50 por ciento en el año. Además, destaca la fuerte apreciación acumulada del euro frente al dólar -un 8,75 por ciento en lo que va de año- que, aunque ha moderado el impacto inflacionista del encarecimiento del petróleo, daña la capacidad exportadora.

Esto provoca que las firmas de inversión consultadas por elEconomista calculen que la inflación puede situarse en torno al 2 por ciento el próximo ejercicio. Eso sí, a corto plazo las presiones sobre los precios son mucho mayores, como ya han confirmado los últimos datos, que reflejan que la inflación de la región ha repuntado hasta el 3,1 por ciento, la tasa más alta desde 1999.

Esta amenaza limita el margen de maniobra del Banco Central Europeo (BCE), que se enfrenta a la disyuntiva que le plantea una ralentización del crecimiento -que demandaría una bajada de los tipos- y el aumento de los precios, que exigiría una subida del precio del dinero. Por ahora, los expertos no esperan importantes recortes de los tipos de interés en la región. Tan sólo y en caso de que fuese necesario, sería de 25 puntos básicos, hasta el 3,75 por ciento. Incluso, los más osados aseguran que la institución monetaria podría aumentarlos a finales del ejercicio.

"A medida que se acerca 2008, creemos que Europa se enfrenta a la tempestad más fuerte de los últimos años. Junto con otras regiones del mundo, los mercados europeos se han visto afectados por las consecuencias del hundimiento del mercado hipotecario de alto riesgo estadounidense y es posible que las repercusiones perduren en 2008", explica Olaf Siedler, gestor de Schroders.

La situación en España

Mientras todo esto ocurre en el mundo, en España se da una gran paradoja. A pesar de que la economía ha alcanzado la mayor expansión de los últimos años, también está dando claros síntomas de agotamiento. El consumo y la inversión podrían decrecer ante las subidas acumuladas de los tipos de interés, en una economía muy endeudada al calor de la burbuja inmobiliaria, que se ha parado claramente. "La evolución del sector de construcción residencial es una de las preocupaciones más importantes de la economía española", dice Antonio López, director de análisis de Fortis.

Además, es un país poco competitivo, con una moneda apreciada respecto al dólar -y por tanto, frente a otras divisas, como las asiáticas-, y un amplio diferencial de la inflación respecto a las economías de la zona euro. Esto provoca que las firmas de inversión calculen que la economía podría crecer en torno al 2,3 por ciento el próximo año, frente al 3,7 por ciento de este año.

Previsiones bursátiles

A pesar de que las previsiones mundiales coinciden en que se va a producir una importante desaceleración, no hay que olvidar que sigue habiendo crecimiento a ambos lados del Atlántico. Por eso, las firmas de inversión aseguran que las bolsas van a seguir siendo atractivas, pese a que llevan cinco años consecutivos de avances, que en algunos casos como el Ibex 35 son superiores al cien por cien desde 2002. "Seguimos viendo atractivo en las bolsas frente a la renta fija", comenta Helmut Kaise, jefe global de estrategia de Deutsche Bank.

Por eso, los expertos recomiendan entrar en renta variable tanto europea como estadounidense, pero aconsejan realizar una sección de valores muy estricta en España, que es uno de los mercados más sobrevalorados de la zona euro. Según el consenso de mercado, que recoge FactsSet, las empresas del EuroStoxx 50 pueden registrar crecimientos del beneficio del 7,9 por ciento el próximo año, mientras que se calcula un incremento del 13,8 por ciento para el Dow Jones.

Con esta situación, el principal índice de la zona euro puede superar los 5.000 puntos -según Ahorro, Fortis y Renta 4, lo que supone un potencial de revalorización de en torno al 15 por ciento. Las firmas de inversión más optimistas establecen que el indicador podría alcanzar incluso los 5.300 puntos. "El riesgo fundamental para 2008 es la revisión a la baja de los beneficios, que pensamos que deberían concentrarse en el sector bancario y el asegurador. Sin embargo, se podría compensar por una expansión de los multiplicadores, dado el elevado descuento que presenta el índice y que muchas de las revisiones estarán fundamentadas en partidas extraordinarias negativas y no en un deterioro de los negocio principal", comenta Ahorro. En este mismos sentido se posiciona Schroders que asegura que la visibilidad de unos buenos beneficios será un factor clave a conseguir en el próximo año.

Mientras tanto, las firmas esperan un alza en torno al 10 por ciento para el principal índice de EEUU, el Dow Jones, hasta los 14.700 puntos, después de que este año se vaya a cerrar con un incremento del 7 por ciento.

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