BENGASI, Libia (Reuters) - Los rebeldes que luchan por derrocar a Muamar el Gadafi negaron la información de que mantuvieron conversaciones secretas con el líder libio el lunes, mientras sus fuerzas intentan consolidar los avances y Estados Unidos dice que el régimen tiene los días contados.
Después de 41 años en el poder del país norteafricano rico en petróleo, Gadafi, de 69 años, se encuentra aislado en la capital Trípoli, con las fuerzas rebeldes llegando desde el oeste y el sur.
El Consejo Nacional de Transición rebelde (CNT), legitimado por muchas de las naciones de la OTAN que apoyan a la insurgencia con bombardeos aéreos, negó cualquier negociación con Gadafi para resolver el conflicto de seis meses.
"El CNT quiere afirmar que no hay negociaciones directas ni indirectas con el régimen de Gadafi ni con el enviado especial de Naciones Unidas", dijo el líder rebelde Mustafa Abdel Jalil.
Gadafi debe renunciar y abandonar Libia, aseguró. "Es impensable sostener alguna negociación o conversación que no respete este principio básico", agregó.
En Washington, el secretario de Defensa Leon Panetta dijo que las fuerzas de Gadafi están a la defensiva y las informaciones de que una destacada figura del aparato de seguridad libio ha desertado indican que el régimen se está desmoronando.
"Las fuerzas de Gadafi están debilitadas y esta última deserción es otro ejemplo de lo débiles que están", opinó Panetta.
"Creo que la sensación es que los días de Gadafi están contados", dijo en un acto junto a la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Los rebeldes tomaron el control de dos ciudades estratégicas cercanas a Trípoli en los dos últimos días, cortando la línea de suministros de la capital y dejando al líder libio con pocas opciones si quiere continuar en el poder.
Sin embargo, las fuerzas leales a Gadafi estaban librando un contraataque en una de esas localidades, Zawiyah, al oeste de Trípoli. Francotiradores escondidos en edificios altos disparaban contra rebeldes y salvas de cohetes Grad de fabricación rusa impactaron en la ciudad el martes.
SCUD
Las fuerzas leales a Gadafi dispararon un misil Scud por primera vez en la guerra civil el domingo por la mañana desde una zona cercana a Sirte, la ciudad natal de Gadafi, a 500 kilómetros al este de Trípoli.
El Scud, un cohete obsoleto de la era soviética, impactó entre las localidades rebeldes de Brega y Ajdabiyah, dijo un responsable estadounidense.
El misil cayó en el desierto, sin herir a nadie, explicó la fuente, que habló bajo condición de anonimato. Por el momento no hubo comentarios del Gobierno de Trípoli.
El disparo del misil, que supone una amenaza militar limitada por su falta de precisión, es una prueba de la desesperación de la administración de Gadafi, dijo Shashank Joshi, miembro asociado del Royal United Services Institute, de Reino Unido.
"Es una señal obvia de que el régimen está con la espalda contra pared", opinó.
En los seis meses desde que comenzaron los combates, las fuerzas de Gadafi utilizaron cohetes Grad de corto alcance pero no habían desplegado los misiles Scud, que tienen un alcance estimado de unos 300 kilómetros.
En los cuarteles rebeldes en la ciudad oriental de Bengasi, las autoridades dijeron que el disparo del Scud era un indicio de que Gadafi haría lo que fuera para proteger su poder.
"Las tropas de Gadafi están utilizando su último cartucho. Está loco", afirmó Mohamad Zawawi, director de comunicación de las fuerzas rebeldes.
"Tenemos miedo de que pueda usar armas químicas. Es por eso que estamos intentando poner fin a esta guerra y esperamos terminarla con el menor número de bajas", agregó.
El funcionario insurgente aseguró que los rebeldes no podían impedir los Scud, pero esperaban que la OTAN sí pudiera hacerlo, ya que tiene la tecnología para detectarlos.
Los analistas estiman que la estrategia de los rebeldes ahora es aislar la capital y esperar que el Gobierno colapse, pero dicen que también es posible que Gadafi opte por lanzar un último intento por mantener Trípoli.
En una llamada telefónica que apenas se oía a la televisión estatal en las primeras horas del lunes, Gadafi pidió a sus seguidores que liberen Libia de los rebeldes y sus aliados de la OTAN.
"Prepárense para la lucha (...) La sangre de los mártires es combustible para el campo de batalla", enfatizó.
Los rebeldes aún podrían carecer de la fuerza numérica para lanzar un ataque contra Trípoli, pero esperan que su cercanía a la capital derribe al Gobierno o inspire un levantamiento. Sin embargo, en el pasado no han podido consolidar sus avances y un contraataque de las tropas de Gadafi podría forzarlos a retroceder.