
Barcelona, 12 dic (EFECOM).- El grupo químico Solvay prevé cerrar el ejercicio 2007 con una cifra de negocio de 720 millones de euros en la península Ibérica, lo que supone un crecimiento del 9,1% respecto al año anterior.
Según ha explicado el director general para España y Portugal del grupo, Luis Serrano, se trata de una cifra "razonablemente buena", aunque ha alertado de la pérdida de competitividad que puede suponer el incremento de la inflación y de los precios de la energía.
En este sentido, Serrano ha mostrado su preocupación por la calidad del suministro eléctrico y ha revelado que, por ejemplo, en 2006 se registraron hasta nueve incidentes que comportaron la parada de producción.
Solvay Ibérica supone alrededor del 7% de la facturación mundial del grupo, que ascendió a 9.400 millones de euros en 2006, y divide sus actividades entre el sector farmacéutico, químico y plásticos.
Así, Serrano ha expuesto que Solvay Ibérica prevé invertir 40 millones de euros durante el próximo año (37 en España y 3 en Portugal) en "un esfuerzo inversor permanente para la actualización de la tecnología y la producción" de las plantas que tiene el grupo en este territorio.
Entre las inversiones más importantes, destacan los 12 millones de euros que se destinarán a la modernización de la planta de carbonato sódico de Torrelavega (Cantabria) -la mayor del grupo en el país- y los ocho millones de la factoría de plásticos de Martorell (Barcelona).
El grupo químico tiene sus oficinas en Barcelona y facturará 631 millones de euros sólo en España, donde emplea a 1.592 trabajadores.
El director general para España y Portugal ha asegurado que todas las plantas del grupo funcionan al 100% de su capacidad con niveles de rentabilidad "aceptables", pero también ha advertido de que "nadie tiene la garantía de futuro".
"Si España no hace los deberes en competitividad y en el precio y fiabilidad de la energía, estamos condenados", ha abundado Serrano, quien también ha pedido "un cuadro de referencia estable" para la industria respecto a la aplicación de normativas, sobre todo de tipo medioambiental.
En este sentido, se ha referido al cierre "obligado" de la planta de fluorados ubicada en Vila-seca (Tarragona) por la aplicación del Protocolo de Montreal a partir del año 2009 y que afectará a 22 trabajadores a partir del próximo 31 de diciembre.
Luis Serrano también explicado que Lisboa aumentará su importancia en el entramado del grupo, tras la puesta en marcha del centro de servicios compartidos de Solvay en la capital lusa, que centralizará el área financiera y de recursos humanos del grupo a nivel mundial.
Lisboa derrotó a Barcelona en la última fase para la selección de este centro de servicios, en una elección que Serrano ha achacado a los menores costes salariales y los beneficios ofrecidos por la administración portuguesa.
Solvay, que tiene su sede central en Bruselas, emplea a más de 29.000 personas en 50 países y en 2006 alcanzó una cifra de negocios de 9.400 millones de euros. EFECOM
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