
Si usted aún no ha sido víctima de un intento de fraude vía Internet, quien está a su lado puede que sí lo haya sido. Un estudio realizado por el Observatorio de la Seguridad de la Información de Inteco reveló que el 53,1% de los españoles usuarios de Internet ha sufrido alguna situación de intento de fraude a través de la web o de su móvil.
Por fortuna, solo cinco de cada 100 de esos intentos tuvo algún perjuicio económico para su víctima y, en la mayoría de esos casos fue inferior a un monto de 400 euros.
Aún así, este mercado negro mueve millones de euros al año. Sólo en los países de habla inglesa, la cifra supera los 190 millones de euros, ha asegurado el director de Fraud Product Marketing de la firma Nice Actimize, Ben Knieff, en una entrevista con este diario.
Distintos objetivos
Sin embargo, no sabe precisar cuál es el principal blanco, si las tarjetas de débito o las de crédito, ni si son más populares los intentos en las transacciones bancarias o en las compras en línea. "No necesariamente una es más común que la otra. La diferencia está entre volumen y valor", explica.
El fraude en las transacciones bancarias es más popular porque es más fácil convertirlo en liquidez, mientras que para poder obtener una ganancia jugosa en el comercio virtual, hay que comprar grandes cantidades de artículos.
También tener de blanco las tarjetas de crédito es más atractivo porque hay más valor disponible. Sin embargo, llegar al dinero es más difícil que con las de débito. Tal vez por eso la clonación de estas últimas ha ganado interés entre los estafadores, en especial, en los países europeos, asegura.
Ingeniería social
Lo que sí está claro es que las técnicas de ingeniería social son el "gancho" que los atacantes utilizan para intentar consumar una estafa, ya sean correos con ofertas de servicios no solicitados o incluso mensajes que aparentemente provienen de sus contactos de correo electrónico o de sus amigos de Facebook u otras redes sociales.
"El spam sigue siendo el ganador en términos de volumen; sin embargo, en términos de efectividad y retorno de la inversión, desde el punto de vista del estafador, es más efectivo el engaño vía redes sociales", sostiene.
Mirando hacia adelante, Knieff ve que los teléfonos móviles serán los nuevos blancos preferidos. Por ahora, los datos de Inteco indican que un ocho por ciento de los españoles ha recibido mensajes cortos de texto ofertando un servicio no requerido.
Menos numerosas han sido las incidencias relacionadas con la solicitud de las claves de usuario a través de llamadas (3,6 por ciento) o vía mensajes de texto (1,9 por ciento), afirma el estudio.
El reto móvil
Pero en el futuro, el móvil no sólo servirá para comunicarse, sino también para pagar, similar a como se usan las tarjetas de crédito hoy. Así, esos intentos de fraude, que ahora son pocos, serán cada vez más.
"La posibilidad de pagar en comercios con el móvil es algo que apenas está emergiendo, entonces no tenemos mucha claridad sobre las amenazas que implica, y menos aún, sobre cómo enfrentarlas", confiesa Knieff.
Sin embargo, esto también representa una oportunidad. "Como es algo nuevo, podemos hacerlo seguro desde el principio y que todo esté encriptado, desde el SIM hasta la red inalámbrica por la que circularán los datos del pago. Eso es algo en lo que la industria deberá trabajar próximamente".