Empresas y finanzas

La trama parasitaria de la SGAE

Bautista y Neri

Neri creó una red empresarial que facturaba a la entidad por trabajos que, en su mayoría, no realizaba

En 1989, una pequeña compañía catalana consiguió que cientos de empresas le pagaran un millón de euros (168 millones de las antiguas pesetas) por una serie de trabajos de consultoría que nunca realizó. En mayo de 1991 estalló el escándalo Filesa, cuando se supo que la finalidad de esos ingresos era la financiación ilegal del Partido Socialista (PSOE). Diez años después y con un esquema societario parecido, ha reventado un escándalo de corrupción en la gestión de los derechos de los autores: la operación Saga.

El 1 de julio, un día después de que el 54 por ciento de los autores con derecho a voto respaldaran la gestión de Teddy Bautista, la Guardia Civil registró el Palacio de Longoria, sede de la SGAE, en busca de pruebas que respaldaran los indicios de desvío de fondos de la Sociedad de Autores, que había sido el hilo conductor de la investigación durante dos años. Los pasos que José Luis Fernández Neri, presunto cabecilla de la trama empresarial "parasitaria" y miembro del equipo directivo de la SGAE seguía para desviar de las arcas de la entidad a su bolsillo 26 millones de euros era simple, casi de manual: se contrataba a sí mismo.

La trampa que usó Neri -en prisión eludible con una fianza de 300.000 euros- incluye una enmarañada red empresarial vinculada a su círculo más íntimo de amigos y familiares en cuya cúspide se sitúa, según el auto publicado por el juez Pablo Ruz, Microgénesis. El fraude se ejecutaba por dos vías. Por un lado, la SGAE pagaba precios muy superiores al mercado por los servicios de las empresas de Neri y, por el otro, la mayor parte de la empresas fantasma, a las que Microgénesis subcontrataba para llevar a cabo esos trabajos, no tenían ninguna actividad conocida ni resultados.

"Rapidez, compromiso, transparencia" es uno de los mensajes con los que da la bienvenida a su web la principal empresa de la trama, presidida desde 2005 por el profesor de la UPM y amigo de Neri, Rafael Ramos -en prisión eludible con fianza de 150.000 euros-. Una página que cada vez tiene menos contenido, puesto que ya se ha vetado el acceso al apartado de los empleados, la mayoría detenidos en el marco de la operación Saga, y se han eliminado algunos clientes, como Bodaclick o grupo Eulen. Microgénesis fue creada en 1998 por José Neri, director general de la SDAE, filial digital de la SGAE cuyo objetivo era luchar contra la piratería, y director de gestión de la Información de la Sociedad de Autores que todavía preside Teddy Bautista.

Los pasos del fraude

El sistema que Neri, presidente de Microgénesis, utilizaba para desviar fondos de la SGAE hacia esta empresa a través de la SDAE era muy simple. La complicación llega cuando se da un paso más allá y se analizan todos los sitios por los que pasaba el dinero antes de recaer en la cuenta bancaria del director general de la filial digital. En primer lugar, la entidad de gestión destinaba una serie de fondos a la SDAE para realizar proyectos de índole informática. Estos ingresos suponían entre el 85 y el 95 por ciento de la facturación total de la sociedad. La SDAE, que contaba con un solo empleado, su director general desde 2001, contrataba a Microgénesis para realizar el 100 por cien de los trabajos, tal y como apunta el juez Ruz en el auto y como reconoce la propia entidad digital en las cuentas de 2010.

Una vez el dinero estaba en manos de la compañía que fundó Neri, este lo repartía entre diez entidades distintas a las que subcontrataba para realizar trabajos de consultoría que nunca han visto la luz. "Resulta difícil afirmar que los 22,4 millones de euros que las empresas de los denunciados han recibido entre 2003 y 2007 del grupo SGAE se corresponden a servicios prestados a precios de mercado", relata la Unidad de Apoyo a la Fiscalía Anticorrupción. Es más, la mayor parte de ellas, como Micromega Consultores o Hipotálamo, no tienen actividad y tan sólo tienen dos empleados: María Antonia García Pombo y Cristina Rodríguez Neri, pareja sentimental e hija del director general de la SDAE. Microgénesis, que según el juez recibió de la SGAE entre 2003 y 2009 hasta 26,4 millones, estuvo ligada a Neri "de hecho" hasta 2005, aunque su expresidente mantuvo una tarjeta de crédito con cargo a la empresa hasta 2007, con la que se gastó entre 2005 y 2006 unos 40.000 euros.

El presunto creador del entramado empresarial cobraba un "importante sobresueldo" a través de algunas empresas de la trama. En concreto, el juez señala a Hipotálamo, plenamente participada por Neri y su pareja sentimental, según recoge el juez en el auto. La supuesta consultora ingresó de la SGAE 1,23 millones de euros. Un dinero que, según el auto, llegó convenientemente al bolsillo de Neri a través de unas facturas giradas a razón de unos 11.700 euros al mes. El pasado mes de junio Neri sumó está cantidad a los que cobra como directivo en la SGAE y en SDAE para "hablarlo con el presidente", tal y como recoge una de las conversaciones interceptadas por la Guardia Civil entre Neri y una persona que responde al nombre de Natividad. En total, el presunto cabecilla ingresa 313.000 euros brutos. Cifra que, según recoge el auto, es perfectamente conocida por Teddy Bautista, incluso su origen.

Teddy Bautista, "el impulsor"

El presidente de la entidad gestora, que el martes pasado fue apartado por la junta electa de la SGAE de sus funciones, aunque no de su cargo, se ha visto directamente salpicado por esta trama. Bautista, que el domingo pasado salió en libertad acusado de apropiación indebida, administración fraudulenta (igual que todos los detenidos) y delito societario, es señalado por el juez como el "autorizador, encubridor e impulsor" de la trama liderada por Jose Neri.

Aunque el auto no entra en valorar si Teddy y parte de la cúpula que también fue arrestada se enriquecieran con esta trama, lo cierto es que el primer espada de la entidad está directamente vinculado con alguna de las empresas.

Aparte de presidente de la SGAE, es presidente del consejo de administración de la SDAE y está vinculado con la empresa Portal Latino, perteneciente a la filial digital a través de la cual también se desviaba dinero a Microgénesis. En 2003 la SDAE entra en el 85 por ciento del capital, dejando el 15 por ciento en mano de Microgénesis. El auto recoge que el presidente "impulsó" su creación en la que efectuó, poco después, una ampliación de capital para "impulsar los negocios de esta sociedad incipiente".

La entidad gestora financia los proyectos que le encarga a la SDAE con los fondos obtenidos por el canon digital. Según los datos de Ministerio de Cultura, entre 2005 y 2009 estas ocho organizaciones ingresaron un total de 2.422 millones de euros y repartieron sólo el 80 por ciento. El resto, un total de 480 millones, fue a parar directamente a su caja. De ese dinero, la entidad usa parte para su gestión y el resto para crear empresas con intereses privados. Eso es lo que ha permitido que la SGAE haya puesto en marcha un gran holding inmobiliario (Arteria), con sedes por todo el mundo, comprando teatros y compitiendo así con las empresas privadas.

La disolución de la SDAE

Este las empresas que la SGAE creó con ánimo de lucro destaca la Sociedad Digital de Autores (SDAE). El objetivo de esta compañía era desarrollar sistemas tecnológico para luchar contra la pirateria y potenciar Internet como un canal de distribución más. Aunque en 2007, cuando Ramoncín abandonó la junta de SGAE, este aseguró que ya estaban preparados para "apagar y convertir la SGAE en la SDAE", lo ciento es que el pez pequeño ha sido finalmente devorado por el grande. El auto del juez Pablo Ruz, de la Audiencia Nacional, recoge los pasos dados por la cúpula de gestora de los derechos de autor para disolver la SDAE de forma rápida y sigilosa. "Al presidente le gustaría que antes de las elecciones esté terminado el asunto este, tira de quien haga falta", asegura Neri en una conversación telefónica en la que hace referencia al proyecto de fusión y a los trámites para llevarla a cabo.

La SDAE finalmente fue disuelta debido a los problemas patrimoniales que tenía. Su presunto papel de puente entre la SGAE y la SDAE le llevó a acumular unas pérdidas de 5,9 millones entre 2004 y 2010. Con el objetivo de reestablecer el equilibro patrimonial de la filial digital la gestora presididad por Bautista le concedió el 30 de diciembre de 2009 un prestamo participativo de 2,56 millones. En junio de 2009 le dió un préstamos de 600.000 euros y en febrero de ese mismo año otros de 335.000 euros. En total, más de 3,5 millones le pasó a la SDAE para que pudiera seguir funcionando pese a que entre el 85 y el 95 por ciento de los ingresos de la misma dependen directamente de la entidad.

Pese a la disolución, que fue orquestada junto Ricardo Azcuaraga, director financiero y económico de la SGAE y por Enrique Loras, director general de la entidad, Neri hizo todos los movimientos pertinentes para no perder poder adquisitivo una vez se quedara sin los ingresos como director generala filial disuelta.

En los últimos tiempos, algunas de la compañías que estaban directamente vinculadas entre sí, todas tenían el mismo contable, Celedonio Martín Mateos, han ido desapareciendo. Han dejado de operar Imago Mundi, Ribera de Mayorga y Res Cognita. Por su parte, Micromega Consultores cesa en sus funciones en 2008.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky