MADRID (Reuters) - Agricultores españoles repartieron el miércoles 30 toneladas de frutas y hortalizas en Madrid como parte de una campaña para disipar los temores sobre si son aptas para el consumo, ya que aseguran que les sigue perjudicando que Alemania les atribuyera erróneamente ser el origen de un brote mortal de E.coli.
El martes, la Unión Europea ofreció al menos 150 millones de euros en compensaciones a los agricultores que no han podido vender frutas y verduras desde hace casi dos semanas.
"Nos quieren liquidar con 150 millones. Es vergonzoso, es humillante cuando en nuestro país se ha perdido ya por encima de 350 millones, según estimaciones de nuestra organización", declaró a la prensa Miguel Lopez, secretario general de la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG).
Cientos de personas hicieron cola en la céntrica plaza de Felipe II de la capital ante unos puestos en los que se acumulaban pepinos, tomates, lechugas, calabacines, berenjenas, sandías y albaricoques.
López afirmó que los "rigurosos" controles de producción en España aseguran la seguridad de sus productos frescos, de los que España dice ser el mayor exportador del mundo.
"Cuando se nos apuntó con el dedo, rectificamos. Al día siguiente fueron identificadas aquellas fincas donde se había apuntado que había un problema de salud pública originada por pepinos en Almería y Málaga", agregó.
"Sin embargo, cuando nuestra producción llega a la distribución, se ha perdido toda la trazabilidad. Llevamos años pidiendo a la Unión Europea mayor trazabilidad".
SE NECESITA DINERO
Las autoridades alemanas no han identificado todavía el origen de la cepa de la bacteria E.coli que ha causado la muerte de 25 personas y ha dejado a más de 2.400 enfermas en 12 países, y los científicos han dicho que podría no averiguarse nunca.
Los responsables sanitarios en Hamburgo, foco del brote, achacaron inicialmente la responsabilidad a pepinos españoles, pero luego admitieron que las pruebas mostraron que aunque estaban contaminados no llevaban la cepa responsable de las muertes.
Los agricultores sostienen que no se pueden permitir comprar las semillas necesarias para sembrar en verano después de haber tenido que arrancar cultivos y tirar o utilizar como abono productos perecederos que no han podido vender.
"La situación es crítica", dijo Miguel Monferrer, que cultiva pepinos y tomates cherry en una finca de 1,5 hectáreas en la costa granadina.
"No hay precio para ningún producto y llevamos dos semanas sin vender producto. Esperemos que a corto plazo se mejore la situación o vamos a tener que esperar hasta el otoño para poder sembrar", agregó.
Los sindicatos agrícolas calculan que las frutas y verduras frescas facturan 15.000 millones de euros anuales y que las exportaciones a Alemania supusieron 2.000 millones de euros en 2010.