MADRID (Reuters) - Está previsto que las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo supongan un duro revés para el Partido Socialista en el gobierno, al que los electores culpan por la persistente alta tasa de paro y una economía en apuros.
Esta situación podría poner al Partido Popular al frente de la mayoría de gobiernos regionales y muchas alcaldías, incluso en bastiones tradicionales de la izquierda.
El resultado electoral podría debilitar la capacidad o determinación del presidente José Luis Rodríguez Zapatero de aplicar medidas para reducir rápidamente el déficit e incluso podría incrementar la probabilidad de que se adelantaran las elecciones, que deben celebrarse en marzo de 2012.
La popularidad de Zapatero ha caído tras aplicar una serie de reformas para atajar el déficit, tratando de dominar una crisis fiscal que podría obligar a España a seguir el camino de otros países de la eurozona que han solicitado un rescate.
Muchos economistas esperan que surjan datos presupuestarios en las autonomías peores de lo previsto a partir de las elecciones. Pero es poco probable que los agujeros presupuestarios sean lo suficientemente importantes para que el Gobierno incumpla su objetivo de reducir el déficit público a un 6 por ciento del PIB este año.
A continuación, posibles consecuencias de las elecciones del 22 de mayo:
EL PP GANA BASTIONES CLAVE, PRESIÓN PARA ADELANTAR LAS ELECCIONES
Si el PP gana feudos socialistas como Castilla-La Mancha o Extremadura, debilitará aún más al Ejecutivo central, donde el PSOE gobierna en minoría.
La oposición interpretará unos resultados en este sentido como una prueba de la falta de confianza en el Gobierno, y un anticipo de la dura derrota en las elecciones generales del próximo año.
El PP indudablemente renovará los llamamientos pidiendo la dimisión de Zapatero, aunque su capacidad de convocar una moción de censura es limitada porque no tiene apoyos suficientes en el Congreso.
Además, no se prevé que los partidos minoritarios del Parlamento le retiren su apoyo.
Hay dos posibles consecuencias de este resultado:
1. El propio PSOE podría obligar a Zapatero a dimitir después de junio, cuando se prevé que elijan a su candidato para las generales de 2012. Zapatero, cuya popularidad descendió en picado mientras la economía se estancaba, anunció el mes pasado que no se presentaría de nuevo.
Un desconocido podría surgir en las primarias socialistas, repitiendo el debut del propio Zapatero en la escena nacional en 2000.
Si los socialistas sienten que el nuevo candidato tiene una opción de ganar, podrían forzar la convocatoria de elecciones anticipadas, quizá en septiembre u octubre. Eso podría aprovechar políticamente el esperado descenso del desempleo durante el pico de la temporada turística, o quizá una mejoría en la confianza de los consumidores.
2. Comienzan a surgir de las autonomías peores cifras presupuestarias de lo esperado, obligando a aplicar recortes en el gasto y medidas impopulares de austeridad.
Eso implicaría más presión en las cuentas del Gobierno central por los déficit regionales, y mayor dificultad para llegar a un acuerdo porque las autonomías estarán gobernadas por partidos opositores.
Esto no cambiará el hecho de que podrían tener que aplicarse medidas más duras, pero podría alargar el proceso.
Y paradójicamente, un muy mal resultado para los socialistas podría eventualmente mejorar las posibilidades de que el partido gane las elecciones generales. Ello se debe a que la tarea draconiana e impopular de introducir recortes a nivel regional caerá en manos de los nuevos líderes del PP.
PP GANA EN LA MAYORÍA DE LUGARES, EL PSOE RETIENE SUS FEUDOS
Una victoria del PP, pero sin Castilla-La Mancha o Extremadura, será interpretado como una victoria relativa para los socialistas dadas las actuales previsiones de debacle del PSOE.
Probablemente aliviará la presión de su propio partido para que Zapatero adelante las elecciones.
Pero la presión de los mercados para que el Gobierno mantenga el déficit bajo control es poco probable que mengüe y siempre es susceptible de aumentar por los acontecimientos que se producen en otros puntos de la eurozona.
En cualquier momento, esa dinámica podría convencer a los socialistas de que Zapatero es demasiado débil para continuar en el poder y, eligiendo un momento conveniente, obligarle a dimitir.
/Por Elisabeth O'Leary/
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