Empresas y finanzas

Comercial Valladolid revela fue amenazado muerte y Gescartera arruinó su vida

Madrid, 6 nov (EFECOM).- El principal comercial de Gescartera en Valladolid desde 1995 hasta 1999, Javier Valenzuela Seoane, reveló hoy que ha sido "amenazado de muerte" por este escándalo financiero y que, en una ciudad pequeña, esta experiencia ha sido "perniciosa" para su vida por "comentarios feos y desagradables".

"Lo único que me ha causado esto (de Gescartera) ha sido una jubilación por operación grave y que, después de haber trabajado 48 años en mi vida, no he llegado a la jubilación entera", afirmó Valenzuela, quien fue director general de Economía de la Junta de Castilla y León en la época de José María Aznar como presidente.

Javier Valenzuela Seoane relató a las preguntas de las acusaciones cómo captó a "clientes especiales" como la Fundación ONCE, que llegó a invertir mas de 800 millones de pesetas (4,80 millones de euros), a través del su ex director José Manuel Pichel, o el Arzobispado de Valladolid, que dispuso de más de 1.105 millones de pesetas en 1999 (6,64 millones de euros).

Precisamente, Valenzuela hubo de acompañar al ecónomo del Arzobispado, Enrique Peralta, a una reunión en la CNMV donde hubo de corregir al dueño de Gescartera, Antonio Camacho, al decir que en Valladolid no se hacían "simulaciones" y que todas las inversiones en renta variable y renta fija se decidían en la sede de la sociedad en Madrid.

Tras este enfrentamiento "feo", Valenzuela presentó su dimisión, fue indemnizado por una cantidad que varió entre 5 y 10 millones de pesetas, y "me marché ese mismo día" (30 de marzo de 1999), aunque siguió preguntando a otros comerciales con los que trabajaba Gescartera (abogados, auditores, etc) si había algún problema en el negocio, a lo que todos siempre le contestaron: "no pasa nada".

Sin embargo, su labor en Gescartera, como "Valladolid es un pueblo" y "hay comentarios feos, absurdos y desagradables que te hacen mucho daño", le "ha causado mucho perjuicio" en su "vida personal y mi salud".

Por ejemplo -dijo-, a pesar de considerarse "un buen comercial", "en una provincia como Valladolid no he tenido ninguna oferta especial" por las "reminiscencias" del caso.

Antes de despedirse del tribunal del caso, que le deseó que mejore su estado de salud, Valenzuela aprovechó para expresar un único deseo: "¡Que me dejen tranquilito!", concluyó. EFECOM

dsp/prb

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