Empresas y finanzas

La reconversión de cajas en bancos contraerá el crédito entre el 3 y el 5%

Javier Labiano

Transformarse puede ser la solución. Varias cajas de ahorros han anunciado ya, en la práctica, su conversión en bancos y otras, probablemente, lo harán en un futuro no muy lejano. Pero, ¿cuáles serán las primeras consecuencias?

 A juicio de Manuel Romera, de IE Business School, la reconversión de cajas en bancos mejorará, en el futuro, el funcionamiento interno de las entidades. Pero, a corto plazo, el cambio producirá un decremento del crédito y una contracción del mismo que se situará entre el 3 y el 5% en 2011.

Este experto explica que las cajas tienen que buscar eficiencia y solvencia. En este contexto, la reconversión de algunas en bancos no generará problemas en cuanto al funcionamiento de estas entidades en el futuro. Pero sí producirá cambios en la gestión de la eficiencia, concretamente en los préstamos que concederán, en un momento en el que será necesario aumentar la productividad.

Según Romera, hay que tener en cuenta que "en ningún momento estas entidades han tenido problemas de liquidez, sino de solvencia y de capacidad de reacción frente a cuestiones adversas".

Un proceso multiplicador

Con carácter general, la conversión se producirá usando un modelo de separación que consistiría en diferenciar las actividades, que hasta ahora desarrollaban las cajas de ahorros, en distintas entidades.

Adolfo Zunzunegui, de Ersnt & Young, cree que las entidades resultantes podrían ser las siguientes. "Por un lado, un banco que asumiría la mayor parte de las actividades de ahorro e inversión y que sería el que cotizara. Por otra parte, una entidad o holding industrial donde se agruparían las participaciones industriales e inmobiliarias (y que no necesariamente tendría que salir al mercado). Y, por último, una tercera entidad, que podría seguir manteniendo la forma jurídica de caja de ahorros y que continuaría con la labor social y cultural".

Eso sí, es probable que antes de la conversión en bancos, se deba proceder a sanear en profundidad aquellas cajas que están en una situación más delicada. Josep Bertran, de EAE Business School, apunta que esto implicará segregar de su balance aquellos activos más problemáticos, manteniendo en el nuevo banco los de mayor calidad. "De no ser así, es muy difícil que los inversores privados quieran participar en entidades cuyo nivel de solvencia es actualmente muy bajo". Una vez los balances estén saneados "se podrán colocar en el mercado las acciones".

Asimismo, la reconversión exigirá una fuerte reducción de la estructura, tanto por lo que se refiere al número de oficinas como al de empleados. Según Bertrán, "esto significará que el sector público deberá asumir los costes de la reestructuración, haciéndose cargo de los activos de peor calidad". Dicho de otro modo, "la opción más probable será socializar las pérdidas y privatizar los beneficios, cuestión que en la actual coyuntura no es la socialmente más atractiva".

Más financiación

Uno de los primeros efectos de la conversión de las cajas en bancos será su capacidad de acceso al mercado de capitales. Según Adolfo Zunzunegui, hasta ahora una de las dificultades era la escasez de financiación exterior motivada por las particularidades de su régimen jurídico. Ahora, "su reconversión en bancos facilitará la obtención de recursos y su fortalecimiento".

Otro reto se centrará en la gestión y en su imprescindible profesionalización. Josep Bertran advierte que la dirección no puede estar condicionada por criterios políticos, "incompatibles con la realidad del mercado".

Y, finalmente, habrá que observar la dimensión, ya que "aunque las entidades resultantes tendrán mayor tamaño, en algunos casos éste seguirá siendo insuficiente para competir", por lo que es probable que se produzcan más fusiones.

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