BANKINTER
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Bankinter ha dado un cambio radical a su estrategia y ha decidido entrar en la llamada guerra del pasivo.
La entidad, que hasta ahora había permanecido al margen de esta batalla y que había sido una de las más críticas por las consecuencias negativas para el sector, lanzó ayer una cuenta nómina remunerada al 4 por ciento durante el primer año y al 3 por ciento el segundo ejercicio.
A mediados de 2010, el banco manifestó públicamente que la guerra era un harakiri para el sistema financiero español y que, por tanto, no tenía previsto ofrecer altas rentabilidades a sus clientes, por las pérdidas que conlleva.
El vuelco en la estrategia se circunscribe en el proceso de cambio de rumbo de la entidad, que a finales del ejercicio pasado supuso una reestructuración en sus órganos de gestión, con la salida del consejero delegado Jaime Echegoyen y su sustitución por María Dolores Dancausa, entonces primera ejecutiva de Línea Directa.
La cuenta nómina de Bankinter es una de las fórmulas que se manejan en el sector para captar dinero, en un momento en que los mercados continúan semicerrados. Todas las entidades están ideando productos novedosos con alta rentabilidad, pero con una mayor vinculación del cliente, con el objetivo de compensar las pérdidas derivadas de la elevada remuneración con la contratación de otros servicios.
La nómina es, precisamente, el producto que más vincula a un cliente con una entidad y es el que proporciona una entrada de recursos de manera continuada.
La iniciativa de Bankinter, que va dirigida a clientes nuevos, se produce en un momento de debilidad extrema de las cajas y del inicio de los vencimientos de la guerra del pasivo que se libró el ejercicio pasado con depósitos puros. Los grupos que se lanzaron promociones para obtener fondos tratarán ahora de retenerlos con ofertas similares a las anteriores.
Entonces, Banesto, Popular y, sobre todo, Santander ofrecieron un 4 por ciento a un año por la colocación en sus sucursales de dinero nuevo.
No descarta adquirir de las cajas
Las cajas intentaron defender el ahorro de sus clientes con rentabilidades similares. Pero, en la actualidad, la mayor parte de las cajas no puede realizar ni campañas agresivas ni pagar los mismos precios al haber recibido ayudas públicas para su saneamiento.
El objetivo de Bankinter es aprovechar las oportunidad que brinda el mercado en estos momentos y crecer de manera orgánica, aunque la entidad no descarta llevar a cabo alguna adquisición. Hace una semana, la consejera delegada del banco indicó que "está abierto a explorar compras, pero que por su modelo de negocio no hay carteras que se ajusten a sus intereses ni por estructura ni por precio".
La campaña está dirigida a las personas que no son clientes y abran una cuenta nómina en la entidad por un importe superior a los 1.000 euros. La intención, según explicó en un comunicado, es "incentivar la captación con vocación de permanencia". Para ello, ofrece una serie de ventajas, como no cobrar comisiones y varios descuentos.
Bankinter ha sido uno de los grupos más perjudicados por la nueva regulación de solvencia, pero ya ha tomado las medidas oportunas con el lanzamiento de una emisión de bonos convertibles por 406 millones para elevar su ratio de capital por encima del 8 por ciento y superar, así, los test de estrés.