Bruselas, 28 sep (EFECOM).- La UE ha abierto el debate sobre qué normas, sociales y ambientales sobre todo, deberían respetar las empresas europeas que producen fuera de Europa, especialmente en países en desarrollo donde los estándares de protección son más bajos.
"Es un efecto secundario apasionante del debate sobre la globalización", dijo a los medios el vicepresidente de la Comisión Europea Günter Verheugen, responsable de la cartera de Industria y Empresa.
Los ministros europeos responsables de la política de competitividad intercambiaron, ayer y hoy en Bruselas, sus puntos de vista sobre la revisión de la política industrial de la UE, que estuvieron centrados sobre todo en el reto que plantea la competencia de gigantes como China.
Según el resumen que ofreció Verheugen de este Consejo, que definió como "muy político", existe "un amplio consenso, casi completo" entre los Veintisiete sobre la necesidad de que los aspectos externos de la competitividad sean tenidos en cuenta en el próximo ciclo (2008-2010) de la renovada Agenda de Lisboa.
"El mensaje que he recibido es clarísimo", aseguró el comisario, "los estados miembros quieren una representación robusta de los intereses europeos, una defensa enérgica y firme de nuestros intereses, pero no proteccionismo".
"El mensaje a las empresas europeas es que no las protegeremos frente a la competencia global, pero aceptamos que tengan que existir unas condiciones iguales de competencia", añadió.
En segundo lugar, añadió Verheugen, los gobiernos han comenzado a plantearse la cuestión de saber "qué esperamos de las empresas europeas cuando producen fuera de Europa".
Hace tiempo que Europa ha asumido que "no podemos partir de la base de que nuestras normas tan altas, sociales y medioambientales, las vamos a conseguir imponer a nivel internacional".
Pero se plantea, según el comisario, "la cuestión de saber si nuestras propias empresas, cuando producen fuera de Europa, deberían mantener determinadas normas".
Verheugen dio su opinión: "no me parece aceptable que empresas europeas que producen fuera de Europa no controlen a sus suministradores, y no acepto tampoco que las empresas europeas fuera tengan unas condiciones de trabajo que no se aceptan en Europa".
Según el comisario, está recibiendo "palabras de aliento" cuando plantea estas reflexiones a las empresas y las organizaciones patronales.
En tercer lugar, el debate ha permitido identificar un acuerdo creciente sobre cuál debe ser el papel de Europa en el mercado mundial en el futuro.
Éste radica en "abastecer al mundo con tecnologías medioambientales, que ahorren energía, con productos y servicios que puedan servir para proteger el planeta".
Para ello, los europeos tienen que conseguir que todos los elementos a disposición de su política industrial -ayudas, competencia, política regional, estructural, de investigación, relaciones exteriores- estén "integrados". El vicepresidente anunció que la CE hará propuestas al respecto.
Como cuarta conclusión, destacó el hecho de que las Pymes "están cada vez más en el centro de atención de nuestros debates sobre el aspecto externo de la competitividad".
Por su parte, el ministro portugués de Economía e Innovación, Manuel Pinho, que presidió la reunión, comentó que Europa "tiene mucho que ganar con la globalización, porque somos un exportador importante, pero no hay que ser ingenuos; todas las partes tienen que asumir las mismas responsabilidades".
"La globalización es algo prioritario, pero creando unas condiciones para que todos puedan competir en pie de igualdad", dijo. EFECOM
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