Empresas y finanzas

"La crisis no vino de los 'hedge funds', sino de los bancos regulados"

Charlie McCreevy , comisario de la Union Europea para Mercados Internacionales. Foto: Archivo
Es una de las voces más liberales de la actual Comisión Europea. Charlie McCreevy nació en 1949 en el condado de Kildare (Irlanda). Tiene tres hijos de su esposa actual, y otro varón más tres hijas de un matrimonio anterior. Entre 1997 y 2004 fue, como ministro de Finanzas, uno de los artífices del espectacular despegue económico irlandés.

Desde otoño de 2004 es comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, cartera entre cuyas prioridades figura la integración de los mercados y los servicios financieros de la UE. Uno de sus desafíos inmediatos es extraer conclusiones de la crisis crediticia provocada por las hipotecas basura de Estados Unidos, y proponer medidas que prevengan futuras turbulencias en Europa.

¿Teme que la crisis actual arme de argumentos a quienes, contra lo que usted defiende, piden más regulación para los hedge funds?

Prefiero no hablar de crisis, sino de turbulencias. Durante los últimos meses, los agoreros decían que la próxima crisis vendría del sector desregulado de los hedge funds y los private equities (fondos de inversión que movilizan capitales estratosféricos a lo largo y ancho del planeta). Pero la situación actual la ha provocado un sector tan regulado como el de los bancos.

Los hedge funds pueden haber invertido en los productos financieros que están en cuestión e incluso haber perdido mucho dinero; pero no son el origen del problema. De modo que no, esta crisis no refuerza a los que piden una regulación más estricta sobre los hedge funds. Tanto en el Parlamento Europeo como entre los políticos de los 27 países de la UE hay muchas personas que están en contra del activismo de los accionistas y utilizan estas crisis como excusa. No puedo estar de acuerdo con ellos.

Ha acusado a las agencias de calificación de riesgos de advertir tarde ¿Qué medidas piensa tomar?

No es una cuestión nueva, aunque es cierto que las turbulencias actuales la ponen más de relieve. Llevamos tres años valorando el papel de las agencias de calificación de riesgos. Lo primero que debe quedar claro es que no son la causa única de la situación actual. Las entidades financieras y los inversores deben realizar sus propios análisis de riesgo antes de adoptar sus decisiones. No pueden limitarse a confiar en el trabajo de las agencias de rating.

Ahora bien, es cierto que la función de estas agencias es muy importante y debe ser analizada a la luz de los acontecimientos. Es legítimo preguntarse sobre sus posibles conflictos de interés, y he pedido a los expertos europeos que estudien la cuestión. No nos saltemos las etapas. Adoptar medidas en caliente que luego se demuestra que son inadecuadas es un error frecuente. No tiene sentido lanzar una investigación y determinar de antemano el resultado: si propondremos introducir nueva legislación o si defenderemos una mejora de su código de conducta, de la auto regulación. Entre otras cosas debemos ver lo que harán las autoridades de Estados Unidos.

Esta crisis también deja al descubierto la fragmentación del sistema de supervisión bancario en Europa frente a problemas globales ¿Es partidario de un supervisor único europeo?

Tampoco es una cuestión nueva, los bancos centrales la estudian hace décadas. Aunque también es cierto que destaca más a raíz de las turbulencias. Yo soy partidario de una evolución, no de una revolución. Siempre serán necesarios los reguladores locales, o regionales o nacionales que son los que mejor conocen a los bancos pequeños con los que trabajan. No es deseable ni funcionaría de manera apropiada un supervisor o un regulador único que, por ejemplo, desde Bruselas fuera responsable de toda la UE. Además, no hay consenso político para crearlo.

¿Y qué le parece la idea de un 'euro supervisor' para bancos que, como Santander o BBVA, operan en varios países de la UE?

En nuestra reciente propuesta de directiva Solvencia II, proponemos la figura del regulador líder. Es decir, que las entidades internacionales estén sometidas a las autoridades del país de su sede central en lugar de tener que responder a los requisitos de cada Estado en el que prestan sus servicios. Lo que evitaría los gastos que esta multiplicidad de reguladores y legislaciones nacionales les crea. Solvencia II se dirige a las aseguradoras, pero en función de cómo sea recibida por los Gobiernos de los 27 países de la UE, veremos si en la supervisión del sector bancario también podemos avanzar por esta vía.

La canciller alemana Angela Merkel quiere proteger a las empresas europeas de fondos de inversión públicos de países como China o Rusia ¿Qué le parece?

La cuestión es cómo evitar dar la impresión de que la UE se cierra a la inversión extranjera. Somos los primeros receptores mundiales de inversión exterior y no nos interesa que esto cambie. Debemos tener en cuenta que si los inversores actúan según los principios del capitalismo, es decir, para obtener beneficios, no pasa nada. El problema es si tienen objetivos políticos a largo plazo. Pero todo esto es muy complicado. Los Gobiernos que hoy levantan sospechas, quizás dentro de diez años sean bienvenidos.

¿Qué fórmula propondrá la Comisión Europea?

El tema lo lleva directamente el presidente -de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso-. Una posibilidad es el modelo presentado la semana pasada para proteger las redes energéticas, que nos llevaría a iniciativas sectoriales específicas. Pero hay quienes quieren declarar estratégicos todos sus sectores. Podría ser mejor que la UE acuerde una repuesta común, para que cada país no dé la suya. Dentro del mercado único europeo, mi política y la de la Comisión Europea seguirá siendo contraria a las acciones de oro que los Gobiernos se reservan para blindar empresas privatizadas, salvo en los casos excepcionales que admite el derecho comunitario.

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