Empresas y finanzas

Pizarro, una figura agrandada por las opas

Adrián Pérez Checa.

Madrid, 25 sep (EFECOM).- Cuando en 2002 Manuel Pizarro tomó las riendas de Endesa de la mano de Rodolfo Martín Villa, nada hacía presagiar la dimensión que alcanzaría este abogado de profesión metido a agente bursátil a finales de la década de los ochenta que, a golpe de opas, se ha convertido en la imagen de la defensa de la primera eléctrica española.

Con la vehemencia que le caracteriza y enarbolando la Constitución, este turolense que está a punto de cumplir 56 años se colocó en primera línea de fuego a los pocos días de que Gas Natural presentara su opa, para exigir "juego limpio" y reclamar que le dejaran dirigirse a los accionistas.

Este gesto le convirtió en un símbolo de la defensa de una Endesa autónoma, pero también atrajo sobre él los focos de la actualidad de un proceso que se ha movido entre el mercado y los tribunales y que se coló como tema estrella en la agenda política.

A pesar de su declarada intención de mantenerse ajeno a la brega partidista ("ésta no es una batalla política; que no me busquen en la política", ha asegurado en múltiples ocasiones), la deriva de las opas le llevó a comparecer en el Senado, mientras que su cercanía al PP le garantizó la enemistad, al menos dialéctica, de buena parte del arco parlamentario.

Admirado y odiado casi a partes iguales, Pizarro no deja indiferente. En todas las Juntas de Accionistas celebradas desde que en septiembre de 2005 Gas Natural presentó su opa el presidente de Endesa, ha recibido innumerables muestras de adhesión de los pequeños accionistas.

Quizá buena parte de este entusiasmo se deba a que los accionistas de la eléctrica han visto como en estos dos últimos años el valor de sus títulos se ha duplicado, al pasar de alrededor de 19 euros por acción a los más de 40 euros que van a pagar Enel y Acciona.

Esta revalorización también ha beneficiado al propio Pizarro, que es accionista minoritario de Endesa, y ha sido motivo de críticas y acusaciones de que en realidad su defensa de la eléctrica escondía la búsqueda de su propio beneficio, dardos que parecen olvidar que, al fin y al cabo, Manuel Pizarro ya es rico (un ejemplo: en 2000 vendió Ibersecurities, la agencia de bolsa que fundó en 1989, por 66 millones de euros).

Sin embargo, quizá la motivación más profunda que ha inspirado toda la actuación de Manuel Pizarro durante estos dos últimos años haya sido la de lograr una salida digna, sin ruido y con ese "respeto a las formas" que tanto le gusta y al que alude cada vez que tiene ocasión.

Fiel a su estilo, Pizarro aprovechó su intervención en la Junta de Accionistas de hoy para "dar cuenta de lo realizado", despedirse de los accionistas y, tras una larga lista de agradecimientos que abarcaron desde Feliciano Fuster hasta Enel y Acciona pasando por Miguel Blesa, terminar advirtiendo: "Dejamos una gran compañía a quienes tomen el relevo". EFECOM

apc-doc/prb

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