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Los egipcios rezan en el comienzo de una era sin Mubarak

EL CAIRO (Reuters) - Los egipcios vivieron un nuevo amanecer el sábado, después de 30 años de gobierno autoritario de Hosni Mubarak.

Mientras la llamada a la oración se oía en El Cairo, aumentaba el ruido de las bocinas que sonaban de alegría después de una noche en la que millones celebraron la caída del ex presidente.

"El pueblo derrocó al régimen", "La Revolución de los Jóvenes obligó a Mubarak a partir", decían los titulares del periódico semioficial Al Ahram.

Un mar de personas rugió en el país árabe con más habitantes, sólo cuatro semanas después de que los tunecinos derrocaron a su propio hombre fuerte. Ahora, en todo Oriente Próximo y otros lugares, los gobernantes autoritarios están calculando sus opciones de sobrevivir.

"La revolución del 25 de enero ganó. Mubarak dejó el poder y el Ejército gobierna", dice el periódico oficial Al Gomhuria.

Después de 18 días de manifestaciones en la plaza Tahrir de El Cairo, resistiendo los ataques de la policía y una carga de última hora de radicales en camellos, llegó un éxito con el que nadie había soñado.

"Por fin vamos a tener un Gobierno que nosotros escojamos", dijo Rasha Abu Omar, trabajador de un centro de llamadas de 29 años. "Quizás finalmente podamos tener el país mejor con el que siempre hemos soñado", agregó.

Horas después de que se supo que Mubarak había renunciado y que entregaba el poder al Ejército, no sólo la plaza Tahrir, sino todas las calles y vecindarios de El Cairo, Alejandría y las demás ciudades y pueblos del país parecían estar llenas de gente celebrando.

Durante la noche se lanzaron fuegos artificiales, los vehículos hacían sonar sus bocinas bajo un mar de banderas rojas, blancas y negras de Egipto, la gente levantaba a los niños sobre sus cabezas. Algunos se tomaron fotos de recuerdo con soldados sonrientes subidos a sus tanques en las calles de la ciudad.

Todos reían y recibían con esperanza el comienzo de una nueva era.

CONTAGIOSO PODER POPULAR

Periodistas acostumbrados a la sombría tranquilidad de los estados policiales que integran la mayor parte de Oriente Medio sintieron la explosión de alegría en torno a ellos casi como una sensación física, palpable.

Emitidas por canales de televisión por satélite y en las redes sociales de Internet, las imágenes de euforia en Egipto recorrieron la región, donde los gobierno autoritarios se extienden desde el Atlántico al Golfo Pérsico.

Sólo pasaron ocho semanas desde el día en que Mohamed Bouazizi, un joven vendedor de verduras tunecito, se prendió fuego frente a un edificio del gobierno local en la ciudad de Sidi Bouzid, protestando por los maltratos policiales, quienes le habían arrebatado la forma de ganarse la vida, y un gobierno opresivo.

Cuatro semanas después, el presidente tunecino Zine al-Abidine Ben Ali se vio obligado a huir del país cuando sus generales le dijeron que no estaban preparados para defenderlo de los manifestantes.

Ahora Mubarak, un líder de 82 años que pareció iniciar una dinastía en el Nilo al entregar un alto cargo a su hijo, se encuentra impotente en el centro de vacaciones Sharm el-Sheij en el Mar Rojo egipcio y sus generales tienen el poder en El Cairo.

En Argelia, miles de policías antidisturbios se preparaban para la acción y detener una protesta planificada para el sábado que busca imitar el alzamiento en Egipto. Los responsables han prohibido las marchas de la oposición, creando el escenario para un posible enfrentamiento.

"Va a ser un gran día para la democracia en Argelia", dijo Mohsen Belabes, portavoz del pequeño partido opositor RCD que es uno de los organizadores de la protesta.

En Bahrein, el reino rico en petróleo del Golfo, altos cargos estaban entregando más de 2.500 dólares a cada familia, para calmarlos antes de las protestas que los grupos opositores planifican para el lunes.

En Irán, un país que no es árabe, los líderes elogiaron la victoria del pueblo sobre un líder que era considerado por Teherán como una marioneta de Washington e Israel.

Pero la Casa Blanca dijo que el no permitir la cobertura de los acontecimientos en Egipto muestra que los gobernantes islamistas de Irán están "asustados" de los activistas en favor de la democracia, quienes han dicho que podrían retomar las protestas callejeras que estremecieron Teherán en2009.

"Es una barrera psicológica rota, no sólo para el Norte de África, sino para todo Oriente Próximo. Yo creo que uno podría ver un contagio en términos de protestas; Marruecos, quizás Jordania, Yemen", dijo Anthony Skinner de la consultora sobre riesgo político Maplecroft.

Más allá del mundo árabe, China -cautelosa de cualquier alzamiento en el extranjero que pueda reflejarse mal sobre sus propios controles autoritarios- entregó su primera reacción en el oficial China Daily.

"La estabilidad social debería ser de importancia primordial. Cualquier cambio político no tendrá significado si el país cae víctima del caos al final", dijo el diario de idioma inglés.

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