La inestabilidad merma un 22% los resultados de las grandes entidades en nuestro país debido a la caída de los márgenes operativos y el aumento de sus provisiones.
La gran banca española ha demostrado que el año pasado fue tan complicado como preveían. Y las perspectivas tampoco son halagüeñas. Aunque confían en que 2011 sea un ejercicio de menos a más, esperan que el entorno sea también muy difícil en su conjunto.
La internacionalización se ha vuelto a manifestar como el mejor paraguas para aguantar el temporal. Los dos gigantes, Santander y BBVA, han podido compensar la caída de resultados por su negocio en nuestro país con otros mercados donde operan. El resto sufrió un deterioro en todas las partidas. Si bien no todos se han visto afectados de la misma manera por la incertidumbre de España.
En todos y cada uno de los casos se observa un mayor descenso de los resultados por la actividad doméstica debido a varias circunstancias: una caída del negocio, unos márgenes operativos a la baja influidos, principalmente, por la guerra del pasivo, y un aumento de las provisiones contra la morosidad.
Todos estos factores se deben a la política de riesgos tomada en el pasado, durante el boom crediticio, y por la coyuntura, donde el cierre de los mercados les obligó a emprender una guerra del pasivo sin precedentes y donde la inestabilidad y el aumento del paro provoca un ascenso de los impagos.
Las ocho entidades más representativas ganaron en España 6.725 millones de euros, lo que supone un descenso del 22,8 por ciento. En 2009, estos mismos bancos y cajas obtuvieron un resultado neto de 8721 millones de euros.
Pero lo que más pesa en sus carteras es el ladrillo. Los seis grandes bancos y las dos grandes cajas presentaron una exposición al sector inmobiliario y promotor de 159.200 millones de euros.
BBVA aguantó mejor el chaparrón
El que mejor aguantó el chaparrón fue BBVA, el grupo que un año antes se había puesto colorado para realizar un esfuerzo de anticipación y aceleración de deterioros. Además, ha sido una de las entidades con una de las políticas menos agresivas en depósitos. Su estrategia ha sido, principalmente, defensiva. Su margen de intereses, de esta manera, ha aguantado más que la media y sólo se resintió un 4,8 por ciento.
El menor esfuerzo en materia de provisiones (caen el 30,9 por ciento en el ejercicio) por parte de la entidad que preside Francisco González también permitió cierto alivio a las cuentas. La morosidad se contiene en el 5 por ciento mientras que en el ladrillo llega al 21,30 por ciento.
Morosidad
El porcentaje de impagos en ese segmento es algo menor en el caso del Santander al situarse en el 17 por ciento, mientras la morosidad general se sitúa en el 4,24 por ciento. La entidad que preside Emilio Botín sufrió un abultado descenso del 38 por ciento de su beneficio neto en España que pudo compensar con la extraordinaria evolución de sus filiales en Brasil. La entidad recordaba, además, que España ya sólo le supone el 15 por ciento del negocio del grupo.
Sin embargo, Bankinter sufrió una caída aún mayor de su beneficio neto (el 40 por ciento) para situar las ganancias al cierre de 2010 en los 150,7 millones de euros. La entidad que preside Pedro Guerrero fue una de las que más sufrió el azote de la crisis, al verse obligada a recortar sus provisiones y ver cómo se desplomaba el 30,6 por ciento el margen de intereses.
Se espera, además, que la entidad realice algún movimiento urgente para elevar su ratio de capital que a cierre de 2010 se situaba en el 6,70 para cumplir con las exigencias mínimas de capital que el Gobierno prevé aprobar a través de un Real Decreto en los próximos días.
La entidad es, sin embargo, la que tiene la morosidad más controlada de todo el sistema financiero al presentar una tasa del 2,97 por ciento. Además, su exposición al sector promotor e inmobiliario es de 2.451,8 millones y registra una morosidad del 11,8 por ciento.
Banca mediana
Dentro de la banca mediana, tanto el Banco Sabadell como Banesto registraron beneficios muy parejos tras apuntarse caídas muy similares. Mientras que la entidad catalana se apuntaba un beneficio de 464,3 millones (el 18,70 por ciento menos), la filial del Grupo Santander se quedaba en los 460,1 (el 17,80 por ciento menos). Sin embargo, la caída del margen de intereses del Sabadell duplicó a la de Banesto.
Pero esas cifras se han visto influidas por una evolución de las provisiones que fue divergente. Mientras que Banesto se quedó a las puertas de los 400 millones de euros tras meter tijera en un 4,7 por ciento; el Sabadell las elevó el 15,6 por ciento hasta los 968,1 millones de euros. En cuanto a capitalización, Banesto situó su core capital en el 9 por ciento mientras que el Sabadell se quedó en el 8,20.
Las dos entidades también lograron contener la morosidad por debajo de la media del sector, al situarse en el 4,08 en Banesto (en el 16,10 por ciento la inmobiliaria) y en el 5,01 por ciento en el Sabadell (en el 15,31 por ciento en el ladrillo).
Dentro de la banca mediana, el Popular es el de mayor tasa de morosidad al cerrar el año en el 5,27 por ciento.
Las dos grandes cajas de ahorros también sufrieron los rigores de la coyuntura económica con caídas porcentuales del beneficio cercanas al 40 por ciento. Ése fue el caso del Sistema Institucional de Protección (SIP) que lidera Caja Madrid y que cerró el año con un beneficio neto de 440 millones de euros.
El beneficio de La Caixa casi multiplicó por tres al alcanzar los 1.307 millones de euros.
A un paso de convertirse en bancos, las entidades inician los trámites con una solvencia que, en el caso de La Caixa se sitúa en el 8,60 por ciento mientras que Caja Madrid se queda por debajo del mínimo que prevé fijar el Gobierno al despedirse de 2010 con un core capital de 7,04 por ciento.