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Gobierno quiere congelar las autorizaciones para cultivar OGM

París, 20 sep (EFECOM).- El Gobierno francés prepara un dispositivo que congelará la autorización para cultivar nuevos transgénicos con fines comerciales, algo que no afectará a los programas de investigación, lo que debería concretarse con una ley que reforzará el control sobre los organismos genéticamente modificados (OGM).

El ministro de Ecología, Jean-Louis Borloo, confirmó estos planes en declaraciones publicadas hoy por "Le Monde", en las que señaló que "sobre los OGM todo el mundo está de acuerdo en que no se puede controlar la diseminación. Por lo que no vamos a asumir el riesgo".

Se trataría, según "Le Monde", de una concesión para las asociaciones ecologistas que combaten contra los transgénicos para poder obtener un compromiso de conjunto en las discusiones en las que el Gobierno busca un gran pacto global en política medioambiental.

El presidente del grupo de trabajo sobre los OGM dentro de ese programa de concertación, el senador conservador François Le Grand, precisó al rotativo que la congelación de nuevas autorizaciones no se traduciría en una moratoria de los transgénicos, una cuestión que la secretaria de Estado de Ecología, Nathalie Kosciusko-Morizet, dijo que está siendo "activamente discutida y contemplada" y que "no hay nada todavía definitivo".

Una moratoria podría chocar con la normativa europea, que establece que ningún país puede oponerse al cultivo de un transgénico por razones políticas o comerciales, que se considerarían obstáculos a la libre circulación en el mercado único.

Recientemente, el ministro de Agricultura, Michel Barnier, había defendido el mantenimiento de la investigación sobre los OGM cuando se lleva a cabo de forma "modesta, limitada, controlada".

Al mismo tiempo, Barnier había considerado "una cuestión abierta, que merece una evaluación después de diez años de autorización" decidir si se abre la puerta al cultivo de otros transgénicos con fines comerciales.

Hoy el titular de Agricultura insistió en que la decisión no está tomada y que corresponderá al presidente de la República, Nicolas Sarkozy, después del gran proceso de concertación sobre política medioambiental previsto para finales de octubre.

Este año hay en Francia unas 22.000 hectáreas de maíz transgénico Mon 810, el único OGM autorizado en Francia para su explotación comercial, y cuya autorización expira en 2007 y debe ser renovada a escala europea.

En virtud de la legislación francesa en preparación, el país podría negarse a dar su visto bueno a los transgénicos para los que hay una solicitud de permiso para su cultivo comercial.

Según "Le Monde", la nueva ley instituiría una Alta Autoridad sobre las Biotecnologías con científicos de diversos horizontes y asociaciones ecologistas que emitiría dictámenes dirigidos al Gobierno sobre nuevos transgénicos, después de realizarse un análisis toxicológico más profundo que en la actualidad, pero también sobre su pertinencia económica y social.

También se contemplaría un régimen de responsabilidad en caso de contaminación de cultivos próximos a los de OGM y un registro público de todas las fincas en las que hubiera transgénicos.

En una primera reacción, las asociaciones de cerealistas reunidos en Congreso en Tours (centro) manifestaron rechazo a los planes del Ejecutivo y algunos dirigentes los tacharon de "irresponsables".

En el otro extremo, la Alianza por el Planeta de asociaciones ecologistas se felicitó de que Borloo "reconozca por fin que no se puede controlar la diseminación de OGM desde que se cultivan en el campo abierto" y pidieron que se prohíba la siembra de transgénicos el año próximo. EFECOM

ac/pam

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