
La aerolínea de bajo coste irlandesa registró en su tercer trimestre fiscal unas pérdidas de 10,3 millones de euros, frente a los 10,9 millones que perdió en el mismo periodo del año anterior. Los ingresos repuntaron el 22%, hasta 746,3 millones de euros.
Las pérdidas fueron menores de lo previsto por los analistas, que las situaban en 19,5 millones de euros. Sin embargo, según afirmó el consejero delegado de la compañía, Michael O'Leary, la compañía habría alcanzado el break even en este tercer trimestre fiscal, lo que finalmente no sucedió por las huelgas de los controladores y el mal tiempo de diciembre.
Ryanair informó de que el número de pasajeros transportados creció el 6%, mientras que las tarifas subieron una media del 15%.
La cuestión del combustible
También se elevaron los costes en combustible, que pasaron a 283,7 millones de euros, un 37% más. En este punto, la compañía aérea señaló que tiene cubiertas el 82% de sus necesidades de combustible para el próximo ejercicio fiscal, que comienza el 1 de abril, a un precio de 81 dólares el barril.
"Estamos encantados de estar en esta posición dada la volatilidad y la incertidumbre" actuales, señaló el director financiero de Ryanair, Michael Cawley, en declaraciones a Bloomberg. El directivo, que se mostró preocupado por el repunte del crudo debido al conflicto en Egipto, añadió que Ryanair se encuentra en una "sólida posición para tomar la delantera" a otras aerolíneas financieramente más débiles.
Así, para el conjunto del año espera que su beneficio neto se sitúe entre 380 y 400 millones de euros, más de lo previsto inicialmente.