Madrid, 12 sep (EFECOM).- La ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, defendió hoy en el Senado el nuevo etiquetado previsto por la Organización Común de Mercado (OCM), con el que los vinos de mesa podrán detallar su añada y la variedad de uva de la que están elaborados.
Espinosa, ante una interpelación del senador popular José Valín, aseguró que la inclusión de la añada y variedad, supone incrementar la información del producto, lo que beneficia, en última instancia, a los consumidores.
Además, consideró importante hacer compatibles los dos modelos, el de las Denominaciones de Origen y las de los Vinos de la Tierra, para ser competitivos en el exterior.
No obstante, la ministra expuso que otros aspectos de la propuesta de la OCM del vino, presentada el pasado mes de julio, pueden mejorarse para beneficiar más al sector español y que para ello mantiene contactos permanentes con países con los que España comparte objetivos comunes.
Se mostró convencida de encontrar los apoyos suficientes para modificar los aspectos de la reforma que dañan al sector español y resaltó que casi todos los Estados mantienen posiciones centrales con respecto a esta OCM.
Indicó que España es el primer país perceptor de fondos y garantizó que continuará siéndolo, pues para el reparto de los 1.300 millones de euros de la ficha financiera se tendrán en cuenta superficie, producción y gasto histórico.
Subrayó que el debate de la propuesta está en su fase inicial y hay que ser cautos ante el proceso negociador que se avecina y recordó que ya se han producido ciertos cambios, como por ejemplo en el arranque.
La propuesta no formal hablaba de 400.000 hectáreas de arranque, mientras que en la formal deja de ser el eje central y pasa a ser medida voluntaria y con un objetivo social, para dar salida a viticultores que quieran dejar la actividad.
Además, añadió que hay una serie de condicionantes que pondrán las Comunidades Autónomas para blindar el arranque y evitar problemas medioambientales.
Con respecto a la liberalización, Espinosa afirmó que la actual OCM ya contempla la liberalización a partir de 2010 y la nueva propuesta lo aplaza hasta 2013 y, aunque reconoció que es una ruptura con la política de controles de los Consejos Reguladores, consideró que se podrá impulsar que estas entidades mantengan el control de las características organolépticas del vino.
Por su parte, el senador popular José Valín apuntó que es preciso que el Gobierno haga esfuerzo excepcional para cambiar aspectos de la reforma que pueden ocasionar graves daños al sector, y vaticinó que la negociación puede ser muy dura porque no se han hecho los deberes a tiempo.
Denunció que España, de aprobarse esta nueva reforma de la OCM del vino, perderá 700 millones de euros durante el periodo, una cantidad que incrementa la gran sangría que ya sufre el campo español.
Aseguró que la propuesta de OCM contempla que el arranque de viñedo esté mejor pagado los primeros años para disuadir rápidamente el mantenimiento de las viñas, que se combina de manera contradictoria con una liberación de las plantaciones a partir de 2013, sin necesidad de derechos.
El senador se quejó de las pocas pistas dadas por la ministra para sus próximas negociaciones en pos de la mejora de la propuesta y aseguró que en sus palabras hay "cierta conformidad", especialmente en lo que se refiere a la lucha por conseguir una mejor ficha financiera.
Criticó que la ministra no tenga una postura firme para evitar la liberalización, que supondrá un incremento de la producción por parte de otros países e insistió en la carencia de estrategia negociadora de España. EFECOM
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