México, 11 sep (EFECOM).- Más de 2.500 empresas en una decena de estados y en la capital de México sufren cortes en el suministro de gas por los atentados de la víspera contra instalaciones de Pemex, de los que nadie se ha responsabilizado aunque se presume que fueron cometidos por un grupo guerrillero.
Entre las compañías afectadas figuran el consorcio Vitro, principal productor de vidrio del país, y la alemana Volkswagen, que hoy anunció que parará la producción en su planta de Puebla, una de las mayores del sector en el país latinoamericano.
La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) señaló en un comunicado que el coste diario de la falta de gas ronda los 100 millones de dólares (más de 70 millones de euros).
A la espera del próximo informe de Petróleo Mexicanos (Pemex), los últimos datos indican que los estados afectados por los actos de sabotaje fueron Veracruz, el occidental de Jalisco y los centrales de Puebla, Querétaro, Estado de México, San Luis Potosí, Tlaxcala, Guanajuato y Aguascalientes, además del Distrito Federal.
El presidente de Pemex, Jesús Reyes Heroles, dijo el lunes a una emisora de radio que las explosiones han afectado al 25 por ciento de la producción de gas natural.
Fuentes de la empresa estatal declararon hoy a Efe que se han dejado de producir alrededor de 1.200 millones de pies cúbicos diarios del energético de los 6.000 millones que se producen al día.
Reyes Heroles calculó en "cientos de millones de dólares" las pérdidas ocasionadas por los atentados, perpetrados la madrugada del lunes, que rompieron dos válvulas de distribución en el ducto de gas natural Cactus-San Fernando a la altura del municipio de La Antigua y del río Actopan, en Veracruz.
También afectaron a los dispositivos de limpieza de tubos en el gasoducto Zempoala-Santa Ana, a la altura de Delicias, en el vecino estado de Tlaxcala.
Otras dos válvulas de distribución y un cruce aéreo en el gasoducto de Minatitlán-México, ubicados en los municipios de Omealca y Nogales, fueron averiados en ataques que perjudicaron además un tubo de gas licuado de petróleo (GLP), un poliducto y un oleoducto.
Según fuentes de Pemex, la reanudación del suministro de gas natural no podrá llevarse a acabo aproximadamente hasta el fin de semana pues en algunos casos ha habido que esperar a que se consumiera el energético remanente en el interior de los tubos antes de comenzar las reparaciones.
Entre las firmas damnificadas una de las principales es Volkswagen, que se ha visto obligada a dejar de producir unos 1.780 automóviles diarios por el cierre de su planta en Puebla, que emplea a unas 14.660 personas.
La compañía informó, no obstante, de que logrará reponer la producción perdida en lo que resta de año, probablemente programando horas extras de trabajo los fines de semana, para lo cual ha acordado con el sindicato un paro técnico hasta el próximo lunes.
Otras empresas perjudicadas son Vitro, que detuvo cinco plantas situadas en tres estados, y el Grupo Industrial Saltillo, que paró tres instalaciones en las que producía recubrimientos cerámicos.
Por ahora, se desconoce la autoría de los atentados, pese a que la víspera se encontró una valla pintada con el mensaje "Vivos se los llevaron, vivos los queremos".
Ése es un lema utilizado por el Ejército Popular Revolucionario (EPR), autor de otras explosiones similares cometidas en julio pasado también contra instalaciones de Pemex, aunque en este caso en el centro de México y con perjuicios menores.
El EPR, que apareció por primera vez en 1996 en el estado sureño de Guerrero, exige a las autoridades la presentación con vida de dos de sus integrantes desaparecidos en mayo pasado en el estado de Oaxaca, también en el sur.
El Gobierno, que ha condenado los atentados y que llamó a la unidad contra la violencia, afirmó que ninguna fuerza federal ha detenido a los dos rebeldes y que no están en ninguna cárcel. EFECOM
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