Madrid, 11 sep (EFECOM).- La transposición española de la directiva europea que establece los tiempos de trabajo de los conductores del transporte por carretera aumentará un 25% los costes de las empresas del sector, subida que se trasladará al consumidor final y a una nueva subida del IPC, según la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (Aspic).
El problema deriva de la específica situación de España, que, junto a países como Italia o Grecia, tiene una ubicación periférica en Europa, además de que entre un 50% y un 60% de los trabajadores del sector son autónomos, colectivo que ha quedado excluido de la regulación europea, señalaron a EFE fuentes de la patronal.
La rigidez de los tiempos de trabajo bajará la productividad de los conductores asalariados, lo que llevará a las empresas a prescindir de ellos y recurrir a los autónomos, a fin de mantener los actuales precios del transporte por carretera.
La asociación presentó el pasado 31 de julio un recurso ante el Tribunal Supremo contra dicha transposición realizada por el Ministerio de Fomento y el de Trabajo, porque en su opinión será perjudicial para el sector.
Su interpretación se ha hecho sin consenso de todos los actores implicados y sin tener en cuenta las características antes mencionadas del mercado español.
La directiva europea establece un máximo de nueve horas de trabajo, seguidas de un descanso de tres horas, y considera, además, los tiempos de carga y descarga de mercancía como horas de trabajo, lo que no hace, sin embargo, en el caso de los autónomos.
El resto de los países europeos ha respondido a la nueva normativa de diferentes maneras y si bien muchos de ellos la han aceptado se debe a que Suecia o Reino Unido cuentan con tan sólo entre un 3% y un 5% de trabajadores autónomos, pero, por ejemplo, Francia tiene parado de momento el proceso de su transposición.
Asimismo, las distancias que tienen que recorrer los conductores españoles -la actividad se centra en el centro y el norte de Europa- son mucho más largas que las del resto de los países.
La patronal dejó claro que nunca ha pedido más horas de trabajo en detrimento de las de descanso, lo que solicita es que las normas sean iguales para todos, ya que la transposición española obligará a los conductores asalariados convertirse en autónomos, para evitar el paro.
De acuerdo con la fuente consultada, el objetivo de la nueva directiva europea es asegurar la competencia leal en el transporte internacional por carretera y la seguridad vial, por lo que la patronal no entiende la exclusión de los autónomos de la misma, dado que realizan el mismo trabajo y, de hecho, cada empresa en España, además de tener de media unos 150 asalariados, contrata el servicio de entre 30 y 50 autónomos.
Ante esta situación, Astic pide al Gobierno que revise la trasposición que se ha hecho -sin consenso- de la normativa europea, para evitar una posible crisis en el sector, porque no está de acuerdo con el modelo impuesto en España que repercutirá negativamente tanto en los trabajadores como en los empresarios.
La patronal considera que el Gobierno está aún a tiempo para modificar su trasposición de la regulación europea, que permite a cada país miembro hacerlo de forma interna, por lo que ha convocado una jornada el día 18 de septiembre en Madrid para explicar y cuantificar las próximas subidas de precios de un sector que "afecta transversalmente" a cualquier actividad económica.
Astic representa a 350 empresas de transporte internacional por carretera que emplean a 27.000 trabajadores y 17.000 camiones. EFECOM
kot/mdo
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