TERESOPOLIS (Reuters) - Los equipos de rescate excavaban el jueves en busca de supervivientes y luchaban por llegar a zonas aisladas por inundaciones y deslizamientos de tierra en los que han muerto probablemente más de 500 personas, en uno de los peores desastres naturales de Brasil en décadas.
Torrentes de lodo y agua como consecuencia de las fuertes lluvias dejaron una huella de destrucción en toda la región montañosa de Serrana, cerca de la ciudad de Río de Janeiro, echando abajo casas, cortando carreteras y enterrando a familias enteras mientras dormían.
"Es como si un terremoto hubiera estremecido algunas áreas", dijo Jorge Mario, alcalde del área municipal de Teresópolis, donde fallecieron al menos 200 personas y se temía que hubiera decenas más.
La cifra oficial de muertos es de 495, pero los equipos de emergencia aún tienen que llegar a algunas de las zonas más afectadas de Teresópolis.
"La cifra de muertos va a subir mucho. Hay mucha gente enterrada que no puede recibir ayuda porque los equipos de socorro no pueden acceder a la zona", añadió el alcalde, y agregó que tres de los barrios de la localidad fueron destruidos por las inundaciones.
Laderas y riberas de ríos a cerca de 100 kilómetros al norte de Río colapsaron después de que cayera el equivalente a un mes de lluvia en 24 horas, desde el martes por la noche.
Se pronostican más lluvias intensas, lo que complicaría las tareas de rescate y eleva el riesgo de más aludes.
Las casas de ricos y pobres en y alrededor de Teresópolis y otras ciudades han quedado afectadas, y hay probablemente miles de millones de dólares en daños. Pero la parte más dura del desastre se la llevaron los residentes rurales más pobres, en viviendas construidas en áreas de riesgo y sin una autorización de planificación formal.
Las inundaciones no han afectado las cosechas de las principales exportaciones de Brasil -soja, azúcar, naranjas y café-, pero podría empujar al alza los precios de alimentos locales pues la región Serrana es un importante productor de frutas y vegetales para el área de Río.
Río, famosa por sus playas y el Carnaval, será una de las sedes del Mundial de fútbol de 2014 y organizará los Juegos Olímpicos de 2016.
Los equipos de rescate intentaban salvar a los residentes de las embravecidas aguas y cavaban en las ruinas de casas en búsqueda de supervivientes, encontrando a menudo sólo cuerpos sin vida. Hubo un rescate exitoso cuando un bebé de seis meses fue encontrado con vida en los escombros de una casa, provocando gritos de júbilo entre los residentes.
Una mujer cargaba a un perro entre las ruinas de su casa mientras el agua derribaba con fuerza los muros restantes.
La mujer debió coger una soga lanzada por los residentes desde un techo cercano y de ese modo fue rescatada, pero tuvo que soltar al perro a las aguas para poder salvarse ella.
En Nova Friburgo, una población rural colonizada por primera vez por inmigrantes suizos, al menos 214 personas habían perdido la vida, según las autoridades locales.
"Ya son 200 los muertos y ese total va a aumentar, por desgracia. La esperanza de encontrar supervivientes es muy pequeña", dijo a Reuters Roberto Robadey, coordinador de la oficina de Defensa Civil municipal.
Dilma Rousseff, que se enfrenta al primer gran desafío de su presidencia tras asumir su mandato hace dos semanas, la calificó como una tragedia de la que no sólo puede culparse a la madre naturaleza.
"La construcción de viviendas en áreas de riesgo es la regla en Brasil en vez de ser la excepción", dijo la mandataria a la prensa en Río de Janeiro después de sobrevolar la región afectada por las inundaciones y visitar Nova Friburgo, donde gran parte de los daños se concentraron en áreas donde había casas precariamente construidas en la base de una colina inclinada.
CUERPOS APILADOS
Los deslizamientos de tierra e inundaciones son comunes en gran parte de Brasil, lo que deja en evidencia una pobre planificación urbana y la falta de acción preventiva por parte de las autoridades.
El periódico Folha de Sao Paulo dijo que era el peor desastre natural que había golpeado Brasil en cuatro décadas.
Mareas de agua y ríos de lodo sumergieron totalmente algunas casas y dejaron automóviles aplastados como latas de aluminio. Más de 13.500 personas han quedado afectadas en la región, dijo la agencia de Defensa Civil.
Docenas de cuerpos habían sido apilados en los exteriores de una comisaría de la policía en el centro de la ciudad a la espera de ser identificados para después ser llevados a una iglesia, dijo a Reuters el taxista local Vinicius Bittencourt.
"Los cuerpos estaban ahí porque ya no hay más espacio en la morgue. La gente camina llorando por las calles. He visto a gente cargando a niños muertos en mantas", añadió.
Rousseff ya liberó 780 millones de reales (460 millones de dólares) en fondos de ayuda de emergencia disponibles para los esfuerzos de rescate y reconstrucción.
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