Lloyd Blankfein se frota las manos mientras a John Mack le escuece soberanamente no haberse hecho un hueco en la que se convertirá posiblemente la OPV de la década: Facebook. Es cierto que la red social de Mark Zuckerberg no tiene intención alguna de estrenarse en bolsa por lo menos hasta 2012 pero las presiones de la Comisión de Mercados y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) seguramente darán sus frutos tarde o temprano.
Dadas las circunstancias, Goldman Sachs supo echar mano de su olfato de sabueso e hincar el diente en Facebook, donde se ha hecho con acciones a cambio de 450 millones de dólares. Como ya se ha comentado, esta operación no implica sólo una mera transacción, Goldman se ha ganado así la confianza de Zuckerbert y todo su equipo, es decir, ser el suscriptor y gestor que respalde el posible estreno sobre el parqué de la red social.
Hasta la fecha, Morgan Stanley ha sido el principal copiloto de todas las grandes compañías que nacieron en el seno de Silicon Valley. No se nos puede escapar que dirigió la OPV de Google en 2004, el último gran estreno en bolsa de un coloso tecnológico.
¿Una batalla perdida?
Morgan Stanley fue el banco de cabecera de Silicon Valley durante el origen y desarrollo de la burbuja tecnológica. En 1995 condujo la OPV de Netscape Communications, el pistoletazo de salida a la desenfrenada euforia de las dot.com. Desde aquel entonces, el banco fue el punto de encuentro de muchas compañías tecnológicas como Priceline o Expedia y fue la casa de la "Reina de la Red", la analista Mary Meeker.
Desde luego, es cierto, que el no haber conseguido hacer migas antes de tiempo con Facebook supondrá una batalla perdida para el banco, cuya rivalidad con Goldman en estos menesteres siempre ha estado a la orden del día. A la espera de que Zuckerberg se decida a sacar a bolsa su compañía, es cierto que Lloyd Blankfein y sus chicos no compartirán la gloria ni tampoco las tarifas de una OPV que dará mucho que hablar.