
A Juan Abelló le podría costar muy cara su alianza con Jaume Roures. Torreal, su sociedad patrimonial, ha valorado el 19,82% que mantiene en Imagina, el grupo audiovisual del productor catalán, en un total de 256,1 millones de euros, pero Deloitte, la firma que se ha encargado de auditar sus cuentas, no lo tiene tan claro.
Sobre todo, porque eso implicaría que el valor total del conglomerado se elevaría a 1.292 millones de euros y dada su actual situación financiera, con Mediaproducción, su buque insignia, en concurso de acreedores, no parece del todo razonable.
En su último informe sobre la sociedad, el auditor asegura que existe "una incertidumbre acerca de la valoración por la que figura registrada en sus libros de contabilidad esta participación", debido precisamente a la suspensión de pagos de Mediaproducción.
Incertidumbre
Y eso a pesar de que la inversión de Torreal no se articula de forma directa, sino a través de su filial de capital riesgo. La incertidumbre, en cualquier caso, afecta a las dos firmas por igual. Al margen de Juan Abelló, el resto del accionariado de Imagina se reparte entre la compañía británica de publicidad WPP, que controla otro 20% del capital, y los socios fundadores del grupo, con Jaume Roures a la cabeza, que aglutinan el 60% restante.
Hay que recordar que Imagina es la sociedad resultante de la fusión en el año 2006 entre Mediapro, la empresa de Roures, y Globomedia, la productora de Emilio Aragón. El caso es que tras tirar la casa por la ventana para hacerse con los derechos de retransmisión de los equipos de fútbol, Roures, primer ejecutivo del nuevo grupo, está sufriendo ahora las consecuencias y arrastrando con ello a todos sus socios.
Las cuentas del año pasado todavía no se conocen, pero la compañía tenía pendientes de pago a 31 de diciembre de 2008 derechos deportivos por un importe de 2.583,8 millones, según las cifras presentadas en el Registro Mercantil de Madrid.
Y eso al margen de las deudas financieras y facturas con los proveedores. Su situación provocó, tras el anuncio del concurso, que saltaran todas las alertas entre los clubes de primera y segunda división, muchos de los cuales se encuentran con el agua al cuello, ya que es de la venta de los derechos de retransmisión de donde sacan la mayor parte de sus ingresos.
Roures, sin embargo, parece estar completamente tranquilo y esta misma semana ha insistido en que el concurso no plantea ningún problema operativo a la empresa, remarcando que tanto los clubes de fútbol como las demás personas relacionadas con su actividad siguen cobrando "religiosamente y de forma normal" cada mes.
Aunque advirtió que la situación puede prolongarse todavía unos meses, asegura que le va "muy bien", porque el concurso "obliga a tener una mayor seriedad interna". Otra cosa será lo que puedan pensar Abelló o el resto de sus socios. En el caso de Torreal, al menos, la situación financiera está completamente saneada, a pesar de su alianza con Imagina.
Aunque es cierto que el beneficio después de impuestos de la firma se dividió por cinco en el último ejercicio, hasta 5,1 millones de euros, la sociedad dispone de unos fondos propios por valor de 1.297 millones, con lo que su solvencia está fuera de toda duda. Al margen de los quebraderos de cabeza que le están suponiendo sus acciones en Mediapro, una de las principales preocupaciones del financiero sigue siendo su inversión en Sacyr, donde acumula también importantes minusvalías.
Descalabro en bolsa
El financiero, propietario del 10 por ciento de la constructora, acumula en cuatro años unas pérdidas de casi 2.000 millones de euros y sus acciones apenas valen ahora 140 millones. El 13 de noviembre de 2006, cuando la compañía que preside Luis del Rivero se lanzaba a por el control de la francesa Eiffage, operación que no pudo finalmente concretar, su acción se disparaba hasta alcanzar un máximo en bolsa de 45,30 euros.
Abelló se frotaba entonces las manos y su participación, que se elevaba en aquellas fechas al 13,76 por ciento de la compañía, alcanzaba una valoración de 2.115 millones de euros. Eran tiempos de bonanza para la construcción y el mercado inmobiliario en España y el precio de Sacyr en bolsa rondaba casi los 15.400 millones.
Ahora, en pleno proceso de ampliación de capital y fuertemente endeudada tras su entrada en el accionariado de Repsol, su precio en el mercado se ha reducido de forma drástica, hasta tan sólo 1.406 millones. Y es que tan sólo en lo que va de año su cotización se ha desplomado un 41,89 por ciento.
A pesar de ello, Abelló ha anunciado ya que acudirá a la próxima ampliación de capital de Sacyr, por un importe de 401,3 millones de euros, mediante la suscripción de 8,9 millones de nuevas acciones. Según ha comunicado ya Sacyr a la CNMV, Abelló desembolsará un total de 40,3 millones de euros, lo que le permitirá mantener su participación actual en la compañía constructora.