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El programa Street View de Google, que permite a los internautas acceder a las fotografías de las calles de toda España, puede pasar una factura muy alta al buscador norteamericano. Tal y como adelantó el pasado 4 de octubre elEconomista, la Agencia Española de Protección deDatos(AEPD) tiene indicios muy serios de que la compañía se ha saltado presuntamente la ley y ha abierto por ello un expediente sancionador por hasta cinco infracciones: tres de carácter muy grave, sancionables con multas de hasta 600.000 euros cada una, y otras dos graves, por las que se le puede multar con hasta 300.000 euros en cada caso.
La Agencia ha verificado que Google (GOOG.NQ) ha grabado, entre otros, direcciones de correo electrónico -con nombre y apellidos-, mensajes privados asociados a dichas cuentas y servicios de mensajería, o códigos de usuario y contraseñas. Google no lo tiene fácil, porque tiene todas las pruebas ensu contra.
El contrato firmado entre el buscador y Eurovendex, una filial de la empresa de trabajo emporal Adecco, para reclutar a los trabajadores que grabarían las calles, destapa la recogida y almacenamiento de información confidencial. En una de las cláusulas, y después de que las dos compañías reconozcan que van a grabar dicha información se establece, por ejemplo, que "Eurovendex se compromete a guardar la más estricta confidencialidad respecto de los datos personales que obtenga como consecuencia de la realizaciónde los trabajos del presente contrato, así como de la veracidad de los mismos".
Asimismo, se establece también que la entrega de la documentación que lleve enmiendas, tachaduras o correcciones, así como la que pueda generar dudas respecto a la iden identidad o veracidad de la información, se tendrá en consideración para las acciones legales oportunas que puedan llevarse a cabo en el caso de concurrir manipulación fraudulenta de documento.
Pero Eurovendex no es la única que firmó este tipo de cláusulas. Los propios conductores de los coches que llevaban las cámaras y que usaban las redes wi-fi tenían exigencias parecidas en sus contratos personales.
En uno de ellos, uno de los empleados deja firmado, por ejemplo, que "reconozco que Google ha recibido y recibirá en el futuro de terceras partes su información confidencial (...). Me comprometo a manejar esa información en la más estricta confidencialidad y no desvelarla a firma, persona o compañía alguna, ni utilizarla excepto en lo necesario para llevar a cabo mi trabajo para el cliente". Los datos recogidos incluían información de identificación personal, con nombres, direcciones y teléfonos.
Manejo de la información
Y no sólo eso. La Agencia de Protección de Datos ha detectado que a través de las redes inalámbricas y sin ningún tipo de autorización, se grabaron datos especialmente protegidos, incluyendo incluso informaciones y consultas médicas.
En el marco de las actuaciones practicadas, la Subdirección General de Inspección de la Agencia de Protección de Datos requirió el pasado 14 de junio a Google la entrega de una copia del contrato firmado con Eurovendex y otra con uno de los conductores que prestó el servicio, además de una especificación detalladadelos procedimientos seguidos para la prestación del servicio y de toda la documentación entregada a la empresa de trabajo temporal. La información ha sido remitida al juzgado de instrucción número 45 de Madrid.
El caso, no seguirá su curso hasta que el tribunal no dicte sentencia sobre la denuncia presentada por la Asociación para la Prevención y Estudios de Delitos, Abusos y Negligencias en Informática y Comunicaciones Avanzadas.
Al margen de lo que diga Protección de Datos, la asociación cree que Google se ha saltado la ley, ya que el Código Penal prohibe de forma expresa cualquier intervención de comunicaciones privadas sin autorización. Y Google, que ya ha debido ver las orejas al lobo, ha emitido un comunicado en el que pide perdón. "Lamentamos profundamente haber recogido datos en España. Estos datos no han sido utilizados de ninguna forma en ningún producto de Google y la compañía nunca pretendió utilizarlos" asegura el buscador, que añade, que "por lo general, sólo se captaron fragmentos de datos". El buscador resalta también que el fiscal de Guipúzcoa ya solicitó el archivo de la causa.
Privacidad Youtube
La privacidad mal entendida ha sufrido mientras tanto un importante revés con Youtube, el popular sitio de vídeos propiedad de Google.
Carla Franklin, una ex modelo, demandó en verano al buscador para denunciar el acoso e insultos proferidos por tres usuarios anónimos que se dedicaron a colgar vídeos no autorizados de la antigua modelo con descalificaciones, mentiras e insultos.
El juez ha ordenado a Google que antes de dos semanas revele la identidad, las direcciones y los teléfonos de los usuarios. Si opta por no recurrir la decisión, Franklin podrá utilizar esa información para demandarles bajo la acusación de difamación.
La victoria de Franklin se suma a la de la modelo Liskula Cohen, que hace un año demandó a Google para conseguir la identidad real de un bloguero que comentaba sus hábitos sexuales.