Telefónica tiene el alma en Vivo desde hace justo una semana. No piensa en otra cosa. Motivos no le faltan, ya que su última sacudida empresarial ha convulsionado el sector ibérico de las telecomunicaciones como no se recuerda en la vida.
Los estrategas de la multinacional española son conscientes de que se juegan mucho más que el prestigio y pingües sinergias en Brasil, uno de los mercados de las telecomunicaciones más apetitosos del mundo. Basta pensar que la penetración de la banda ancha sólo es del 6% en un país de 191 millones de habitantes.
La proyección de crecimiento para Telefónica sólo se la puede amargar Portugal Telecom (PT), socio con el que la española comparte a regañadientes el líder brasileño de la telefonía móvil. Todo se desbocó la noche del pasado 10 de mayo, cuando el grupo que preside César Alierta lanzó una oferta descomunal para convertirse en el único dueño del gigante del negocio celular brasileño.
Reproches fraternales
El rechazo inicial de PT era lo esperado, aunque nadie en Distrito C podía sospechar que la respuesta pudiera ser tan fulgurante. Fue como una bofetada en una pareja mal avenida. De nada han servido los 5.700 millones euros que ofertó Telefónica por el 50% que le falta del Brasilcel, sociedad que controla el 60% de Vivo. PT se agarró a su participada brasileña como a un clavo ardiendo.
Los negocios son los negocios y no hay miramientos cuando las tornas vienen maldadas. Eso sí, el divorcio entre ambascompañías estaba cantado desde que uno de los cónyuges empezóaprosperar felizmente por elmundomientras que el otro se amustiaba en su espacio doméstico. La opa puso las cartasboca arriba y encendió el ventilador de los reproches.
Así, la tensión entre Telefónica y PT ha ido en aumento, con un ritmo que no cesará hasta su resolución. La primera incógnita se despejará en cuanto los accionistas de la lusa tomen en consideración el empeño del grupo español. La estrategia de Telefónica consiste en promover una junta en la que los asistentes se sabrán de carrerilla el dinero que se juegan en el envite.
Posibles escenarios
Telefónica tiene el alma enVivo desde hace justo una semana.Nopiensa en otra cosa. Motivos no le faltan, ya quesu última sacudidaempresarial ha convulsionado el sector ibérico de las telecomunicaciones como no se recuerda en la vida.
La batalla entre Telefónica y PT se puede desarrollar en un puñado de escenarios. Algunos probables y otros, por ahora, absolutamente delirantes. Esto es lo que puede pasar:
1. Más dinero sobre la mesa
Los accionistas remisos de PT estarán dispuestos a aceptar una mejora en el precio, en el caso de que éstos se replantearan la situación. Así es como se solucionan muchas diferencias de intereses. Telefónica no puede disimilar su músculo financiero para dar una nueva vuelta de tuerca si fuera necesario.
2. Comprar Portugal Telecom
La adquisición de Portugal Telecom supone hacerse dueño de Vivo, su participada. Pero eso no es buena idea. Telefónica se lo ha debido plantear en decenas de ocasiones y siempre lo ha descartado. Pordinero no es, ya que la oferta por la operadora brasileña supera el 80% del valor en bolsa de PT. El problema es que el estado luso atesora una golden share sobre su operadora, por lo que tiene capacidad de veto en los asuntos capitales.
Pese a que se trata de un mecanismo ilegal en opinión de la Unión Europea, no parece muy acertado enemistarse con el gobierno local en un asunto tan sensible a las regulaciones comolas telecomunicaciones.
3. Retirarse de la puja
Nadie apuesta por ello. Las cosas nunca quedarán como estaban hace una semana. La determinación de Telefónica por adquirir Vivo es absoluta. Los analistas han bendecido la operación, ya que permitiría disparar sinergias entre los negocios de telefonía fija y móvil en Brasil. Telefónica estima que los ahorros superarían los2.800 millones, casi la mitad de la adquisición.
4. Fusionar Telesp con Vivo
Telefónica no está dispuesta a resolver un problema generando otro mayor. Alierta no quiere compartir el tesoro brasileño con nadie, pese a que la fusión de Telesp, filial de telefonía fija deTelefónica en Brasil (15,3 millones de abonados), con Vivo (casi 54 millones de clientes) pondría en marcha importantes ahorros y ventajas comerciales de las comunicaciones integradas. Ya habrá ocasión para integrar esos negocios cuando ambos convivan bajo el mismo techo y marca.
5. Decantarse por TIM Brasil
TelecomItalia no quiere vender su filial brasileña TIM Brasil. No quiere hacerlo por nada del mundo. Lo ha dicho en todos los idiomas y lo ha reiterado en cuanto el nombre de su joya brasileña ha entrado en el juego. Por lo tanto, Telefónica y PT deben jugar sin red.
6. Que irrumpa un tercero
Telefónica salió escaldada a finales del año pasado en Brasil al pujar por la operadora de telefonía fija GVC y encontrarse con una contraopa excesiva. Vivendi atacó y Telefónica no quiso entrar en la refriega al retirarse sin aspavientos. La historia siempre podría repetirse, aunque en ese caso ahora se encontraría con toda la artillería del gigante español.
7. Reconquista de PT
Las carambolas existen, aunque ahora parecen disparatadas. Para ello,Telefónica tendríaque comprar a su socioTelecomItalia y, con TIM Brasil en su cartera brasileña, verse obligada a desinvertir en Vivo. Es decir, PT sólo podría hacerse con Vivo en el caso de que Telefónica lo sacrificara por el cuarto operador del mercado. No parece viable.
8. Conflicto hispano-luso
El Gobierno español se ha significado por respetar las relaciones empresariales de grupos extranjeros en suelo patrio, dejando que sean las propias empresas quienes decida sus relaciones. Por el contrario, el Ejecutivo luso no parece tan dispuesto a desviar la mirada en el caso de que su operadora de bandera cambie de nacionalidad. Si es preciso, se pelearía hasta con la UE. En las últimas elecciones portuguesas ya se reprochó la presunta inversión empresarial de España en Portugal.