La Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa), propietaria de Central Lechera Asturiana, ha presentado una oferta de compra sobre Puleva tras lograr el respaldo de siete bancos, según informaron fuentes de la compañía láctea. El Gobierno presiona a Ebro para que no venda Puleva a Lactalis.
La asturiana entra así en la puja y se convierte en rival de la francesa Lactalis, la italiana Parmalat y la danesa Arla.
El consejo de administración de Capsa aprobó hace unas semanas realizar las gestiones pertinentes para optar a la compra de Puleva y consiguió el apoyo de siete entidades financieras.
Además, reconoce que la última decisión la tiene Puleva que podría optar por hacer un primer corte entre las ofertas que le sean presentadas para clarificar más las opciones de los posibles compradores en una segunda ronda.
Aunque no se ha facilitado más detalles, la cifra mínima que tendrá que ofrecer la compañía asturiana serían los 500 millones de euros que Ebro Puleva ha fijado, según fuentes del sector citadas por diversos medios, para llevar a término la venta de su división láctea.
Competencia amenazada
Capsa está interesada en Puleva, pero es consciente de las dificultades en la compra de esta compañía. Sin embargo, según explicó, ha sido decisivo en su decisión que el temor a que sea comprada por una multinacional, lo que en su opinión crearía más dificultades en el crecimiento y en la competencia del sector.
Por ello, Capsa asegura que su intento de hacerse con el control de la empresa andaluza es un movimiento más de carácter defensivo que ofensivo.
Esta es la misma línea que defiende el Gobierno. Tal y como indicó este diario recientemente, el Ministerio de Agricultura quiere evitar ahora a toda costa que un grupo extranjero se ponga a los mandos de Puleva, hasta el punto de que altos cargos en el entorno del secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu, se han puesto en contacto con la dirección de Ebro para plantear la necesidad de que negocie la venta con Central Lechera Asturiana (Clas) o Leche Pascual.
El 35% del mercado lácteo español está en manos de las empresas Capsa, Puleva y Pascual, mientras que el 53% corresponde a las marcas blancas y el resto a pequeñas compañías de toda España.