París, 27 mar (EFECOM).- El rechazo hoy por los estibadores del puerto de Marsella de un acuerdo para poner fin a la huelga en las terminales de hidrocarburos que se prolonga desde hace 14 días hace planear la amenaza de escasez de carburante en tres semanas y parones de refinerías a partir de comienzos de abril.
Los estibadores reunidos en asamblea general rechazaron el protocolo que había negociado el sindicato mayoritario Confederación General del Trabajo (CGT) con la dirección del Puerto Autónomo de Marsella (PAM), por el que entra el 40% del petróleo con el que se abastecen las refinerías francesas.
Los delegados de la CGT ya habían señalado, antes de someter el texto a los trabajadores, que no excluían una ampliación del paro y que seguían esperando una apertura de conversaciones con el prefecto (delegado del Gobierno) sobre el principal punto de conflicto.
Los estibadores exigen ser ellos los que se encarguen de las operaciones de carga y descarga de los barcos que acudan a la nueva terminal gasística que está construyendo en el complejo portuario Gaz de France (GDF), que exige ocuparse de esas tareas con su propio personal.
GDF había justificado su demanda sobre la base de la posición de la Administración, que recordaba que son los trabajadores del grupo gasístico los que realizan esas labores en las terminales de Montoir-de-Bretagne y Fos Tonkin.
La persistencia del conflicto, que mantiene a medio centenar de petroleros a la espera de realizar operaciones de carga o descarga en la terminal de hidrocarburos, amenaza con plantear problemas en los próximos días en las refinerías de Provence, Feyzin, Rhône y Reichstett en Francia, pero también en la suiza de Celles de Cressier y en la alemana de Kalsruhe.
"Los primeros problemas se producirán a comienzos de abril", ha advertido la Unión Francesa de Industrias Petroleras (UFIP), que ha indicado que la falta de aprovisionamiento de crudo ha obligado a las refinerías a reducir su régimen de actividad al 60% de sus capacidades para evitar un parón total que es muy costoso.
Según la UFIP, una planta química podría verse abocada a detener su producción mañana mismo.
Hasta hoy, el costo de la huelga se ha estimado en unos 25 millones de euros, 17 millones por la disminución de actividad en las refinerías y el resto en indemnizaciones a los petroleros bloqueados a la entrada del puerto. EFECOM
ac/jlm
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