Barcelona, 19 mar (EFECOM).- La presidenta de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), Maite Costa, ha considerado hoy que el anuncio de la subida del precio del gas natural que se importa desde Argelia a través del gasoducto del Magreb "no debe ser una señal de alarma de cara al consumidor".
La revisión del precio del gas que Argelia está negociando con España, con una subida prevista que rondará el 20%, se enmarca en los contratos a largo plazo suscritos entre Gas Natural y la compañía argelina Sonatrach.
Costa, que ha participado en el ciclo de conferencias Tribuna Barcelona, ha asegurado a preguntas de los asistentes al almuerzo que ésta es "una vieja estrategia" que utilizan los suministradores "para presionar" a sus compradores.
La presidenta de la CNE ha recordado que el 32% del gas que se consume en España procede del país magrebí y que, si se aplica una subida del precio de la materia prima que no se adapta a las relaciones contractuales establecidas por las partes, una de ellas puede denunciar este hecho.
También se ha referido al "cierto interés" de Sonatrach por estar presente en el mercado español y, en este sentido, ha remarcado que la compañía estatal argelina "se tendría que adaptar" al marco normativo español, que rechaza la integración vertical de las actividades.
Estas declaraciones coinciden con las hechas por el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Joan Clos, quien el pasado miércoles aseguró que la revisión del precio del gas que Argelia está negociando con España no repercutirá del mismo modo en el consumidor, al que se aplicará un aumento en torno al IPC, aunque no descartó "alguna corrección adicional".
En su conferencia, a la que han asistido, entre otros, el conseller de Economía de la Generalitat, Antoni Castells, y el consejero delegado de Gas Natural, Rafael Villaseca, Costa ha alertado de que si en España no se acometen las inversiones necesarias para mejorar las interconexiones eléctricas con el resto de Europa, "podemos tener un 'blackout' (apagón) fácilmente".
"Toda Europa está conectada, menos el Reino Unido, que es una isla, y España", ha señalado, antes de subrayar que se está "muy lejos" de alcanzar el objetivo fijado en el Consejo Europeo celebrado en marzo de 2002 en Barcelona, donde se acordó que el 10% de la producción eléctrica de cada país tenía que ser objeto de interconexión en 2005.
Costa también ha subrayado la necesidad de invertir un billón de euros para modernizar las infraestructuras energéticas de Europa en los próximos veinte años y de mejorar en aspectos tecnológicos a través de la investigación y el desarrollo, un ámbito "prácticamente olvidado" por las empresas del sector.
"La investigación es fundamental para hacer desaparecer los elementos de riesgo y de contaminación", ha dicho, antes de poner como ejemplo la necesidad de encontrar sistemas de retención del dióxido de carbono en el proceso de combustión del carbón.
En este aspecto, ha destacado la importancia del proyecto de reactor de fusión termonuclear ITER, en el que participan la Unión Europea (UE), China, Estados Unidos, India, Japón, Corea del Sur y Rusia, que se perfila como un paso clave en la búsqueda de una energía más limpia y barata.
La presidenta de la CNE ha criticado la escasa eficiencia energética en Europa y la "preocupante" falta de voluntad de coordinación en el ámbito de la energía en el ámbito continental, a pesar de las advertencias de la Comisión Europea y del aumento de la dependencia de la importación para garantizar el suministro.
Esta ausencia de una política comunitaria en materia energética esconde, a juicio de Costa, el rechazo de Alemania y Francia "a cambiar el marco regulatorio y la estructura empresarial".
La presidenta de la CNE ha defendido la necesidad de aprobar un nuevo marco normativo para el sector que potencie la diversificación de fuentes, garantice la competitividad de los actores y suponga un "avance decidido" en el proceso de liberalización. EFECOM
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