SACYR
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El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha cogido el toro por los cuernos. Ante los rumores sobre un presunto relevo negociado entre los dos principales accionistas -Sacyr y La Caixa-, optó ayer por dar un golpe en la mesa y convocar un consejo de administración extraordinario en el que los accionistas puedan mostrar fehacientemente el respaldo a su gestión al frente de la empresa y acabar de una vez con la incertidumbre que se traslada al mercado y que puede afectar al valor de la compañía en bolsa.
Fuentes consultadas por elEconomista indicaron que la Caixa votará el próximo viernes a favor de la ratificación de Brufau. Del mismo modo, los consejeros independientes también respaldarán la gestión del presidente, lo que le otorgará -si nadie cambia de posición- una nueva victoria.
Brufau contactó ayer por la mañana con el presidente de La Caixa, Isidre Fainé, para recabar una vez más su apoyo, tal y como ya hiciera con el recorte del dividendo. Así, la petrolera celebrará mañana un consejo de administración extraordinario para que se vote la continuidad de Brufau como presidente.
Hasta ahora, La Caixa, con un 12,5% de la petrolera, ha mostrado su apoyo a Brufau, pero una serie de informaciones publicadas ayer señalaban lo contrario. Sin embargo, la votación de mañana pondrá a cada uno en su sitio.
La petrolera tiene 16 consejeros, entre ellos el presidente y ex directivo de La Caixa, Antonio Brufau, junto a dos puestos de la caja catalana (Isidro Fainé y Juan María Nin) que votarán a favor, al igual que el de Petroleros Mexicanos (Pemex), que cuenta con un sillón más. En el total del accionariado suman cerca de un 18% del capital. Además, el resto de independientes ya han ofrecido en ocasiones anteriores su apoyo a Brufau, tal y como adelantó elEconomista.
Por su parte, Sacyr (SYV.MC) tiene tres consejeros (Del Rivero, Manuel Loureda y Juan Abelló), sobre los que se desconoce el sentido de su voto. Sacyr podría acabar respaldando la gestión del presidente, como ya hiciera con el dividendo, para calmar los ánimos y evitar una derrota después de las múltiples críticas vertidas por su presidente al trabajo de Brufau.
Los consejeros tendrán que aprobar también la gestión de la compañía a través del grado de cumplimiento de su plan estratégico. En este punto, Sacyr ha mostrado discrepancias, pues no se explica que no revise la planificación con la crisis económica como telón de fondo. La constructora quiere que la petrolera acelere su plan de desinversiones no estratégicas y comparta las cuantiosas inversiones de su proyecto en Brasil, mediante la entrada de socios. Es conocida la disparidad de criterios en este punto, ya que Brufau considera que el cumplimiento de la estrategia es la Biblia y Del Rivero ha manifestado lo contrario.
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