En cuanto el grupo Volkswagen dio luz verde a Seat para ampliar y modernizar sus coches, la marca española empezó a trabajar muy deprisa.
Por un lado, en la realización de una berlina del segmento D -tipo Ford Mondeo y VW Passat-, de corte deportivo, que haga desaparecer al poco exitoso Toledo. Por otro, en el Altea Freetrack, con el que pondrá en el mercado de los SUV su primer representante. Todos los fabricantes quieren estar hoy en ese demandado segmento.
El prototipo del Freetrack se ha visto en el Salón de Ginebra, y su modelo de serie, que no parece que vaya a diferenciarse mucho del concept car de la feria suiza, estará en el Salón de Barcelona, en mayo. Según el fabricante, se trata de un vehículo preparado para afrontar con garantías cualquier trayecto off road que se acometa.
Robustez
Para fabricar el coche se ha tomado como base el Altea XL y, para darle una mayor sensación de robustez, se ha ensanchado en 600 mm su carrocería. Los parachoques sobredimensionados incorporan apliques en aluminio, mientras que en la parte trasera los tubos de escape triangulares están insertados en el propio paragolpes.
También en la zaga destaca la rueda de repuesto sobre el portón, a semejanza de muchos 4x4. No obstante, este detalle podría eliminarse del coche que finalmente se comercializará.
En la línea lateral, lo más llamativo son las impresionantes llantas de aleación de 19 pulgadas, algo poco habitual entre los todoterreno. Por último, cabe resaltar el empleo de un exclusivo blanco mate, siguiendo la buena imagen que ya dieran hace un año, también en Ginebra, con el Ibiza Vaillant.
Todoterreno deportivo
Una vez a bordo, se observa una configuración 2+2 y unos asientos tipo backet de competición, además de un enorme techo panorámico. Su tapicería en piel bitono (marrón y blanco) aporta aún más luminosidad. En la consola central, dos pantallas concentran los datos de la navegación en la parte superior, y del climatizador en la inferior. Los difusores del aire presentan un nuevo diseño, con una original disposición vertical en el centro y circular en los laterales.
El mismo propulsor que mueve al León Cupra, el 2.0 TFSI de 240 CV, es el encargado de convertir al Altea Freetrack Prototipo en un deportivo. La potencia de este motor se transmite a las cuatro ruedas a través de un esquema con conexión hidromecánica y mando electrónico tipo Haldex, el mismo que utilizan los Volkswagen 4x4 para garantizar un reparto de fuerza permanente.