Empresas y finanzas

El diesel salido de las plantas despierta grandes negocios en Brasil

Omar Lugo

Río de Janeiro, 1 mar (EFECOM).- Brasil se consolida como un polo de inversiones masivas para producir combustible diesel de semillas oleaginosas, un negocio millonario con mercado cautivo en el décimo consumidor de energía del mundo.

En al menos 15 de los 27 estados del país hay proyectos para sembrar oleaginosas y construir moliendas y refinerías de aceite vegetal para fabricar el "biodiesel" para el mercado nacional y la exportación.

El ministerio de Minas y Energía calcula la demanda interna actual en 840 millones de litros, en 1.000 millones para 2008 y en 2.400 millones para 2013.

En el primer semestre de este año se completarán 13 proyectos que permitirán duplicar la actual producción de 640 millones de litros hasta 1.300 millones de litros anuales, con inversiones de al menos 600 millones de dólares.

Actualmente Brasil cuenta con 11 plantas de producción y, según consultores del sector, hay otras 95 en diferente fase de desarrollo, con una inversión de varios centenares de millones de dólares directas e indirectas.

La principal apuesta de Brasil es ahora el "piñón manso" o "piñón botija" (jatropha curcas), un arbusto conocido en toda América Latina con el que han hecho pruebas en Argentina, México, India y varios otros países.

Brasil cuenta con 120 especies oleaginosas, pero el piñón surge como una de las mejores alternativas para el programa de biodisel lanzado en 2004 por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, en un esfuerzo por reducir las importaciones de diesel mineral.

"La nueva estrella es el piñón manso, es el más beneficioso y no tiene defectos", afirmó a Efe el científico Nelson Furtado, coordinador del programa de Biodiesel del estado de Río de Janeiro.

La ley del Biodiesel hará obligatorio a partir de 2008 añadir dos por ciento del combustible vegetal a los vehículos diesel del país. A partir de 2013 la proporción será del cinco por ciento.

El gobierno de Lula trazó estas metas "conservadoras" para crear un sólido mercado interno para el combustible y dar tiempo para que las empresas sembraran oleaginosas y construyeran refinerías.

Subastas públicas organizadas por la Agencia Nacional de Petróleo (ANP) garantizan a las empresas precios y mercado anticipado para su producción, lo que ayuda a obtener financiación.

El diesel del petróleo es el combustible más consumido en Brasil, con 44 por ciento del mercado y unos 40.000 millones de litros anuales (unos 689.315 barriles por día).

De ese total son importados el cinco por ciento, o unos 2.000 millones de litros anuales (unos 12.580 barriles por día).

El biodiesel puede ser obtenido también de semillas de palma, girasol, algodón, y cacahuete.

Los cultivos de piñón manso y tártago se concentran hoy en los estados del noreste, donde programas sociales benefician a familias pobres en un esquema combinado entre el gobierno y empresas privadas.

Este esquema permite a los inversionistas un descuento fiscal equivalente a unos 7 centavos de dólar por litro, que puede marcar toda la diferencia en la rentabilidad de un proyecto.

Para algunos analistas el plan de biodiesel necesita fundamentarse en cultivos de escala industrial, como soja, de la que Brasil es uno de los tres mayores productores mundiales.

Pero consultores, como Univaldo Vedana, director de la firma Biodiesel Brasil ven riesgos en inversiones afincadas en el aceite de un producto volátil en los mercados mundiales.

"Si todas esas plantas produjeran lo que tienen proyectado con soja vamos a tener un problema de materia prima y precios. Por eso defendemos la producción de oleaginosas específicas para el biocombustible", dijo a Efe.

Para Vedana el auge del biodiesel en Brasil va a ser mayor que el del etanol porque el potencial del mercado es más grande y el cultivo de oleaginosas involucra a toda la cadena agrícola, tiene ventajas fiscales y es viable en pequeñas propiedades, al contrario de la caña de azúcar.

Brasil es el principal exportador mundial de etanol de caña, con unos 16.000 millones de litros anuales.

La rentabilidad del biodiesel, su costo de producción y la competitividad frente al diesel del petróleo depende en parte de la oleaginosa utilizada.

El piñón manso arroja 1.500 litros de aceite por hectárea, contra 500 de la soja, 600 del girasol y 5.000 de la palma africana, apuntó Vedana.

"Nadie hace biodiesel porque es ecologista, todo el mundo lo piensa como una forma de ganar dinero", dijo.

Varios de estos proyectos apuntan al mercado exportador, como el de la Unión Europea, que según especialistas tendrá capacidad para producir 10.000 millones de litros en el 2010 frente a una demanda proyectada en 13.300 millones de litros. EFECOM

ol/ag/jlm

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky