Madrid, 20 feb (EFECOM).- El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, dijo hoy que con la apertura del nuevo túnel de la M-30 entre el nudo sur y el estadio Vicente Calderón, de 2,7 kilómetros de longitud, "nace una nueva ciudad equilibrada y sostenible", con más zonas verdes y equipamientos
Este nuevo subterráneo, construido por FCC y Acciona con un presupuesto de 175,1 millones de euros, es, según fuentes municipales, el túnel urbano más largo de Europa, por delante del tramo soterrado de mayor longitud de la circunvalación de París.
Sumado al inaugurado el pasado 30 de enero entre el Vicente Calderón y el paseo del Marqués de Monistrol-M-30, permite circular en subterráneo en sentido sur-norte a lo largo de unos 6 kilómetros junto al río Manzanares, excepto el tramo que ha sido necesario dejar en superficie por la presencia de la tribuna principal del estadio del Atlético de Madrid.
La actuación abierta hoy mide en total 4,9 kilómetros, incluidos el subterráneo principal de 2.706 metros, los 929 metros de ramales soterrados de entradas y salidas y los 1.321 metros de rampas y calzadas en superficie.
Además de en sentido sur-norte, distribuye el tráfico hacia el interior y el exterior de la ciudad mediante ramales que conectan con la A-42 (carretera de Toledo) y con las plazas de Legazpi, Santa María de la Cabeza, Pirámides y Marqués de Vadillo.
Sin embargo, la conexión con ésta última, así como con el "by pass sur", que en parte discurre por debajo de este túnel hasta su enlace, están pendientes de la finalización de otras obras cuya apertura está prevista para antes de que finalice el mes de marzo.
Ruiz-Gallardón, que recorrió el nuevo túnel en autobús, junto al vicealcalde, Manuel Cobo, y los concejales de Urbanismo, Pilar Martínez; Seguridad, Pedro Calvo, y Medio Ambiente, Paz González, tomó la palabra ante la prensa en el interior del subterráneo para destacar que a partir de hoy mismo dejarán de circular por superficie unos 110.000 vehículos diarios.
Esto supondrá, continuó, menos contaminación acústica y atmosférica, esta última reducida mediante unos sistemas de filtrado que retienen el 80% de las partículas que desprenden los tubos de escape de los coches.
Añadió que la desaparición de esos vehículos de la superficie beneficiará principalmente a los 2.340 vecinos cuyas ventanas daban hasta ahora a este tramo de la antigua M-30 pero también a los 148.000 vecinos del distrito de Arganzuela.
Se trata de una actuación, sostuvo el alcalde, "que devuelve la ciudad a sus legítimos propietarios, los madrileños".
Repitió además que tanto los vecinos del entorno como el resto de madrileños y los visitantes de la ciudad podrán disfrutar en el futuro, cuando la obra esté acabada, de un parque de 275.000 metros cuadrados, que se construirá durante la próxima legislatura.
El regidor madrileño no olvidó mencionar los recursos dispuestos para garantizar la seguridad en el interior de este túnel: 84 cámaras, 7 estaciones de toma de datos, 55 paneles informativos y 20 salidas de emergencia, una de las cuales recorrió hasta el exterior.
En la lista de beneficiarios de la reforma de la M-30 incluyó asimismo el patrimonio histórico, en este caso el Puente de Toledo, cuya "deteriorada" estructura, dijo, ha sido consolidada con la "inyección" de 51 toneladas de cemento.
También apuntó al provecho que van a obtener de este soterramiento otras dos actuaciones municipales: las recuperaciones de los 148.300 metros cuadrados del Matadero, que se convertirá "en prolongación cultural del eje Recoletos-Prado", y de los 31.533 metros cuadrados del ámbito del antiguo Mercado de Frutas y Verduras, en Legazpi, donde el Ayuntamiento ubicará equipamientos públicos y autorizará una torre.
En el acto de hoy estuvo presente, como prensa, por ser miembro de la revista "Trasversales", el coordinador de Movimientos Sociales en la Oficina Verde Europea, Ramón Linaza, que, provisto de un tocado egipcio -por aquello de las obras faraónicas de Ruiz-Gallardón- criticó con ironía la reforma de la M-30 con gritos de "bravo, bravo". EFECOM
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