El segundo intento de Prisa por fusionar su división audiovisual podría haberse ido al traste de nuevo. Y, al igual que pasó en el caso de Mediapro, las diferencias de opinión acerca de qué compañía debía tomar las riendas, sobre todo económicas, de la cadena resultante podrían haber sido definitivas para el desenlace de las negociaciones entre Prisa y Mediaset.
La compañía italiana, propietaria de Telecinco, reconocía el pasado 14 de octubre que estaba interesada en algunos activos de televisión del grupo español. "Estamos hablando con todos". El presidente de Mediaset, Fedele Confalonieri, confirmaba de esta forma los rumores que días antes habían saltado a escena y que un portavoz del grupo transalpino negó por "no tener fundamento".
Ya entonces, la cuestión del reparto de poderes se perfilaba como el mayor obstáculo al que se tendrían que enfrentar ambas empresas, tal y como explicaron a elEconomista fuentes muy cercanas a las conversaciones. Dicho aspecto ya había condicionado la negociación de Prisa con los catalanes Mediapro, hasta el punto de acabar echando por tierra el intento de fusionar Cuatro y La Sexta.
Condición definitiva
Según señalaban las mencionadas fuentes a este diario, el el grupo de la familia Polanco pretendía comandar la gestión del futuro holding audiovisual, una exigencia que no compartía Telecinco. Los italianos consideran que su liderazgo en el sector audiovisual español es un motivo de peso para dirigir cualquier alianza, además de respaldarse en su situación financiera, más favorable que la de la española.
De hecho, según informa el diario Expansión, la compañía italiana habría impuesto a su vez su condición a la española, consistente en que ellos tendrían el control de la gestión operativa del negocio resultante. Es decir, Prisa tendría que ceder el control de la publicidad y los contenidos, aunque se haría cargo de la línea editorial.
Este requisito, que Mediaset estableció como imprescindible para continuar con las negociaciones, se habría encontrado con el rechazo frontal del consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián, y habría acabado por truncar la posible integración de las cadenas de las dos compañías.
Sin embargo, Mediaset no habría desaparecido del todo del horizonte de Prisa, ya que diversas informaciones apuntan a que el grupo italiano también pretende controlar Digital+, la plataforma de pago para la que la empresa española busca comprador desde hace meses. Para esta adquisición, el conglomerado de medios de Silvio Berlusconi buscará asociarse con Telefónica.
Esta venta aliviaría la presión sobre Prisa, que atraviesa serios problemas financieros debido a la deuda que soporta, de 5.000 millones de euros.