A río revuelto, ganancia de pescadores. Mientras el fantasma de los recortes de plantilla siembra intranquilidad entre los 7.000 trabajadores y los proveedores de la planta de Figueruelas (Zaragoza), el gigante español de la estampación de piezas para automóvil, Gestamp, puede hacer su agosto.
Eso gracias a que, al comprar Opel, su directo competidor, Magna, se ha convertido en rival de sus propios clientes y algunos de ellos, como Vokswagen o BMW, amenazan con prescindir de sus servicios.
"Gestamp y Magna compiten en las actividades de estampación de piezas para automóviles, una actividad que las grandes factorías están externalizando en masa", explicaron fuentes industriales a elEconomista.
Rivales directos
"El grupo español, que factura más de 2.000 millones de euros, y el coloso canadiense, son las dos empresas que participan en todos los concursos para adjudicarse los grandes contratos de estampado de chapa y piezas para las plantas de los grandes fabricantes", explicaron.
Durante el salón del automóvil de Fráncfort, que se celebró hace dos semanas, Volkswagen, BMW, Ford y Fiat aseguraron que, tras la compra de Opel, temen que Magna deje de ser un proveedor para convertirse en un competidor. Volkswagen, en particular, acusó a Magna, por boca de su presidente, Ferdinand Piëch, de tener un "flagrante conflicto de interés" entre la propiedad de Opel y su condición de proveedor para otros fabricantes y aseguró que iba a "revisar en profundidad" su relación industrial con ella.
"Si esta amenaza tuviera que concretarse -concluyeron las fuentes consultadas por este diario- el candidato natural a coger el puesto de Magna sería, sin duda alguna, Gestamp".
Sin embargo, los directivos de la compañía prefieren evitar cualquier tipo de triunfalismo. "Nuestra intención es seguir con la estrategia que nos habíamos planteado, aunque, desde luego, miramos al mercado" dijo a elEconomista el director general de Gestamp, Francisco López Peña.
¡'Ciao', Magna!
Lo cierto es que Fiat -que pujó con Magna para comprar Opel- parece haber llevado a la práctica una parte de sus amenazas. El pasado miércoles, el diario The Wall Street Journal dijo que el grupo italiano dejará de fabricar en la planta de Magna en Austria los coches destinados al mercado europeo de su filial estadounidense Chrysler.
Con esta medida, la producción del Jeep Grand Cherokee, del Jeep Commander y del Chrysler 300C se llevará a cabo, probablemente, en una factoría cerca de Turín (Italia) recientemente adquirida por Fiat. Eso significa, para la planta austriaca, la pérdida de casi la mitad de su carga de trabajo.