REYAL URBIS
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La imposibilidad de conseguir liquidez en la actual crisis inmobiliaria porque no se venden viviendas ha llevado a muchas empresas del sector a canjear propiedades por deuda con sus entidades financieras acreedoras. Reyal Urbis es una de las inmobiliarias que ha optado por esta fórmula en varias ocasiones.
De hecho, el último movimiento lo cerró antes de irse de vacaciones. Reyal Urbis (REY.MC) ha vendido cerca de mil pisos a varias entidades financieras acreedoras, con el fin de reducir su abultada deuda bancaria que asciende a 4.813 millones de euros a finales de junio, informaron a este diario fuentes del sector. La compañía declinó hacer cualquier comentario al respecto.
La dificultad de hacer caja en el mercado a través de la venta de casas y suelos ha obligado a la compañía a canjear promociones residenciales a algunas de sus entidades financieras. Es decir, con el dinero procedente de esas transacciones se amortiza deuda.
Hace más de seis meses, la compañía ya efectuó una operación de este tipo, pero de mayor volumen, al ceder a sus principales bancos (Santander, Banesto, BBVA y Caja Madrid) activos para saldar una deuda de 1.193 millones de euros. Según las mismas fuentes, los protagonistas de este último canje son aquellas entidades financieras que se quedaron con un volumen más pequeño de pisos el ejercicio pasado y que también cuenta con una estructura para comercializar este tipo de producto.
Esta operación se enmarca en el proceso que está llevando ahora la compañía para refinanciar su deuda con la banca. Desde hace dos meses, los ejecutivos de la inmobiliaria están sentados en la mesa con los responsables de los principales bancos acreedores para adaptar su plan de negocios 2008-2015 a las actuales circunstancias del mercado y flexibilizar el pago del crédito sindicado que supera los 3.000 millones de euros. Según comunicó hace tres días la compañía, el pacto con los bancos ya está casi hecho y está pendiente de que se cierren los últimos flecos.
Misión imposible
Debido al primer acuerdo de refinanciación, la compañía presidida por Rafael Santamaría sólo tenía que pagar los intereses del crédito cada semestre hasta octubre de 2011. A partir de esa fecha, debía efectuar amortizaciones hasta 2015, ejercicio en el que tendría que desembolsar el 40% del préstamo. Además, la inmobiliaria consiguió una línea de liquidez para continuar la actividad.
Pese a flexibilizar esos pagos a la banca, la compañía vio dificultades para alcanzar los compromisos con los bancos sobre las desinversiones previstas en el suelo, por lo que decidió llamar a las entidades financieras para cambiar sus planes y adaptarlos a la situación actual del mercado a través de una nueva hoja de ruta.
La compañía tenía que vender suelo por valor de 395 millones de euros y lo único que consiguió es una desinversión de un solar relativa al ejercicio de una opción de compra pactada en el mes de enero con una entidad financiera. Y es que vender se ha convertido casi un milagro.
Según el informe enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la inmobiliaria cuenta con realizar ventas por importe de 633 millones de euros en el segundo semestre y contabilizar 1.029 millones en todo el año, de esta manera obtendría una tesorería positiva de 72,6 millones de euros. Como en el mercado es imposible lograr esas cifras, lo lógico es pensar que todas esas operaciones responden al acuerdo de canje de activos que habrá alcanzado con sus entidades financieras.