
En año y medio, la crisis del sector obliga a las principales firmas a hacer provisiones históricas. Las compañías acumulan 2.014 millones de euros en dotaciones durante los seis primeros meses.
Imagínese una hucha en la que va metiendo parte de sus ingresos con el fin de tener un dinero ahorrado para sufragar imprevistos cotidianos. Esto es lo que hacen más o menos las inmobiliarias cuando reservan una parte de sus ingresos, pero para otro fin. Y es que con la crisis inmobiliaria, cada día cae el valor de las propiedades en el mercado, por lo que las principales empresas del sector, bajo una actitud de prudencia, han echado en esa hucha 6.800 millones de euros durante un año y medio, que es el dinero que se han depreciado sus activos.
Sin levantar cabeza
Entre enero y junio de este año, las principales firmas del sector provisionaron 2.014 millones de euros, que suponen una cuarta parte de lo que las principales inmobiliarias tuvieron que echar en la hucha a lo largo del ejercicio de 2008. El año pasado, las compañías del sector reservaron 4.808 millones, debido a la gran bajada del valor de las propiedades inmobiliarias. Ese dinero no es que sea una pérdida contable, es decir, que no sale de caja, pero queda inutilizado.
Si a las provisiones del año pasado se añaden esos 2.014 millones más correspondientes al primer semestre de 2009, se demuestra que el sector todavía no levanta cabeza. Es decir, que en medio año casi han guardado en su hucha la mitad de lo que reservaron el año pasado, por lo que no se aprecia una mejoría en el mercado. Si se registrara una evolución positiva, las provisiones de la primera mitad de este año serían menores.
Cuando el valor de los activos crece, principalmente es porque la inmobiliaria ha añadido un valor a la propiedad y, principalmente, porque el mercado está dispuesto a pagar más por ese inmueble. Si la demanda ofrece más dinero en las operaciones de compra, significaría que hay mayor liquidez en el mercado y que empiezan a subir las apuestas. Pero este no es el caso.
Como consecuencia de esas provisiones, las principales inmobiliarias han visto sus cuentas teñidas de rojo el año pasado y a lo largo del primer semestre del actual ejercicio siguen con el mismo color. No obstante, las provisiones que han hecho las inmobiliarias entre enero y junio de 2009 responden a razones concretas.
Por ejemplo, en el caso de Metrovacesa, que ha guardado debajo del colchón 236 millones de euros, por el abandono de su último proyecto en el mercado británico, el desarrollo de oficinas de Walbroock y de otro edificio en París.
Otro caso llamativo son los escasos cinco millones de euros que ha apartado Renta Corporación, y es que la compañía ha ido actualizando el valor de sus activos continuamente y adoptó desde un principio un actitud de mayor prudencia ante la depreciación de sus propiedades. Este es el mismo caso de Afirma Grupo Inmobiliario, que no se ha visto obligado durante este semestre a provisionar ningún euro porque el año pasado ya provisionó casi 400 millones de euros, pese a ser una de las pequeñas del sector. No obstante, la compañía que preside Félix Abánades no ha efectuado una valoración de sus activos durante este semestre, por lo que todavía no se ha visto reflejado si se ha registrado una depreciación de sus activos en esos seis meses.
Ante el roto que hacen las depreciaciones de los activos a las cuentas de las inmobiliarias, las principales firmas del sector están buscando una fórmula contable para que no les perjudique tanto.