BUENOS AIRES (Reuters) - El sector rural argentino lanzó el martes una nueva huelga comercial contra la política agropecuaria del Gobierno, reavivando una extensa disputa desatada por la intervención estatal en los mercados de alimentos.
Las cuatro principales entidades agrarias anunciaron que dejarán de comercializar granos durante siete días a partir del viernes, lo que podría perjudicar las exportaciones de granos del país, uno de los principales exportadores mundiales de alimentos.
"Interpretando el malestar de los productores y la crítica situación del interior del país que crece y se agrava, la comisión de enlace continuando con el plan de lucha convoca al cese de comercialización de granos con destino a la industria y exportación, y de ganado en pie", dijo en rueda de prensa Carlos Garetto, titular de Coninagro.
Garetto agregó que la medida de fuerza tendrá vigencia "desde las cero horas del viernes 28 de agosto hasta las 24 horas del viernes 4 de septiembre" y que no afectará a la hacienda procedente de zonas afectadas por la sequía ni a productos perecederos.
El titular de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, dijo que "no habrá ningún problema de abastecimiento porque esta permitida la comercializaciones de productos frescos".
Sin embargo, en protestas comerciales las entidades rurales no han logrado tener el control total de lo que ocurría en las carreteras.
Garetto aclaró que "finalizada esta etapa y durante la vigencia del plan de lucha la comisión de enlace permanecerá en estado de sesión permanente para evaluar y definir los pasos a seguir".
La tortuosa relación entre el agro y el Gobierno volvió a tensarse la semana pasada cuando el Congreso renovó la facultad de la presidenta, Cristina Fernández, de fijar los impuestos a las exportaciones.
Pero todo se agravó el martes, cuando Fernández vetó un beneficio fiscal para los productores golpeados directamente por una sequía.
El ministro de Economía, Amado Boudou, justificó el veto presidencial al decir que "si hay una zona que tiene desastre y no puede producir, no tiene nada que exportar", según declaraciones difundidas por la agencia oficial de noticias Télam.
HISTORIA COMPLICADA
En 2008, los paros comerciales y cortes de carretera de los productores, que protestaban contra un alza impositiva a las exportaciones de soja, sumergieron al Gobierno en una crisis política y afectaron la marcha de la economía doméstica.
Las protestas también paralizaron las exportaciones de granos del país, repercutiendo en los principales mercados internacionales de materias primas.
Pese a que luego el Congreso deshizo el alza impositiva, la relación del Gobierno con los productores quedó resquebrajada.
Algunos medios difundieron el martes versiones de que el Gobierno pretende nuevamente subir el impuesto a las exportaciones de soja, una medida considerada inaceptable por el sector, aunque el ministro Boudou negó esa posibilidad.
Relacionados
- El gobierno argentino y el campo vuelven a pujar por millonarios impuestos
- El Gobierno argentino reanuda el diálogo con el campo para destrabar un conflicto millonario
- La oposición y el campo condicionan su participación en el diálogo con el Gobierno argentino
- El campo argentino retoma reclamos a Gobierno por crisis del sector
- El campo argentino logra once diputados al calor del conflicto con el Gobierno