Omar Lugo
Río de Janeiro, 7 feb (EFECOM).- El real brasileño alcanzó hoy su mayor nivel frente al dólar desde 1998 y ha encendido una polémica entre un gobierno defensor del libre mercado y empresarios y economistas que temen "una tragedia" para la economía en el medio plazo si no se frena la revalorización.
El martes, el dólar cayó por debajo de 2,10 reales hasta 2,086, la menor tasa nominal desde mayo de 2006, mientras que hoy se mantuvo a la baja.
El ministro de Hacienda, Guido Mántega, dijo anoche a los periodistas, tras una reunión con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que el gobierno no piensa adoptar medidas para atenuar la revalorización.
"Yo creo que eso es pasajero, no es una cosa definitiva, no va a causar mayores perjuicios para la economía", dijo el ministro, tras garantizar que el gobierno no intervendrá, al contrario de lo que claman los empresarios.
Hoy esta posición fue reforzada por el ministro de Industria y Comercio, Luiz Fernando Furlán, empresario de la agroindustria, y para quien no hay "ningún problema" en el escenario actual, pues lo importante es la "previsibilidad" a largo plazo.
El propio Mántega atribuye la fuerza del real a "una mayor seguridad en la economía brasileña" y a las buenas señales de la Reserva Federal de Estados Unidos.
La semana pasada, la FED dejó sin cambios el tipo de interés mínimo en Estados Unidos en el 5,25 por ciento y despejó los temores de que los capitales internacionales prefieran los seguros bonos del Tesoro estadounidense frente a los de economías emergentes como Brasil.
Las exportaciones brasileñas han roto récords en los últimos años, hasta alcanzar 137.000 millones de dólares en 2006, pese a la continua apreciación del real, y mantuvieron su tendencia en enero y la primera semana de febrero.
Ese auge persiste pese a que el tipo de cambio medio del mercado equivale hoy al de agosto de 1998, ajustado por el índice de precios al consumidor, según un estudio de la consultora Economática.
El 6 de febrero el dólar medio acumulaba una pérdida de 41,0 por ciento, la mayor de América Latina, según Economática.
Pero los especialistas también atribuyen la inundación de dólares a capitales especulativos que buscan altos rendimientos.
Brasil tiene los tipos de interés más altos del mundo, con un 15,25 por ciento anual mínimo, que se multiplica hasta superar 160 por ciento en créditos al consumo y un 80 por ciento para préstamos a empresas.
Según el Banco Central, en enero llegaron a Brasil 3.770 millones de dólares, casi el doble que en enero de 2006 y por encima de los 3.463 millones de diciembre pasado.
Pero Brasil podría estar sentado sobre una bomba del tiempo, puesto que el alza de las exportaciones responde al crecimiento de la economía mundial y a la explosiva demanda de materias primas y productos básicos, especialmente desde China, que presiona los precios.
La patronal, la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB), advirtió que en contrapartida hay un auge de importaciones baratas de productos industrializados que amenazan miles de empleos locales.
El precio medio de las importaciones de Brasil en 2006 fue de 894 dólares por tonelada y el de las exportaciones de 323 dólares, según datos del ministerio de Industria recopilados por la ABE.
"El 60 por ciento de los ingresos por exportaciones de Brasil depende de las materias primas. El 40 por ciento del valor corresponde a manufacturas", explicó a Efe el vicepresidente de la ABE, José Augusto de Castro.
En 2005 salieron del mercado exportador 951 empresas y otras 842 en 2006, lo que representó el cinco por ciento cada año, dijo.
Pequeñas y medianas manufacturas ya han perdido competitividad y ahora se ven afectadas las grandes empresas, especialmente las del sector automovilístico, como Volkswagen y General Motors.
El tipo de cambio mínimo ideal para mantener el negocio próspero entre el 80 y el 90 por ciento de las empresas es 2,50 por dólar y de 2,70 para el 100 por ciento del sector, calculó de Castro.
El propio presidente Lula dijo recientemente que para el gobierno el aumento de las importaciones deberá presionar otra vez el alza del dólar.
Los expertos reconocen que las importaciones de maquinarias y equipos son positivas para aumentar la competitividad de las empresas.
Pero en 2006, las importaciones totales crecieron un 24 por ciento y las de productos de consumo un 41 por ciento. La tendencia se mantiene y en enero las cifras fueron del 31 y 35 por ciento, respectivamente.
Mientras, solo las compras de vestuario y confección crecieron el 147 por ciento en enero, dijo de Castro.EFECOM
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