Ginebra, 7 feb (EFECOM).- La Asociación de Bancos Suizos (ASB) reconoció hoy que Washington ha pedido la colaboración de sus bancos para aumentar la presión financiera sobre Irán, pero descartó que de manera general la banca de este país se plantee abandonar la clientela iraní con una actividad legal en Europa.
El presidente de la patronal helvética, Pierre Mirabaud, confirmó que el Gobierno de Suiza ha hecho llegar a los bancos listas elaboradas por las autoridades de Washington de personas y empresas de determinados países, sobre los que se pide que se congelen las cuentas y se informe de inmediato.
"El Gobierno suizo tiene la opción de investigar esas listas y completarlas porque a veces están muy incompletas y pueden contener sólo un apellido sin ningún nombre. Cuando están bien documentadas normalmente se envían a los bancos", explicó Mirabaud en una reunión con periodistas extranjeros acreditados en Suiza.
Según esa petición estadounidense, una vez que un banco recibe esas listas, precisó Mirabaud, esa institución "debería abstenerse de tratar con quienes aparecen en ellas, siempre que se pueda confirmar que ese nombre está bien definido".
El banquero, que no quiso adentrarse demasiado en asuntos políticos, apuntó que Suiza tradicionalmente ha sido un aliado de EEUU y auguró que "lo será por mucho tiempo".
"Nuestra obligación es la de colaborar si un país nos pide ayuda para combatir actividades ilegales", explicó Mirabaud, quien, sin embargo, dejó claro que "los bancos suizos, al contrario que en otros países, establecen diferencias entre los ciudadanos de una misma nacionalidad".
Según relató, las entidades helvéticas dan un tratamiento diferenciado a "un ciudadano relacionado con la clase política de un país de alto riesgo" (a quienes se supone no están interesadas en tener como clientes) y a otro de esa misma nacionalidad, que "tiene una actividad tradicional y completamente legal".
"No metemos a todos los ciudadanos de un mismo país en el mismo saco", afirmó el presidente de la patronal bancaria suiza.
Mirabaud puso como ejemplo que si se cerraran las puertas a todo el que tuviera pasaporte iraní en Suiza, los trabajadores de la aerolínea Iranair en Ginebra "no podrían cobrar sus sueldos".
"Si se aplicara la regulación tal y como quieren algunos países, habría que cerrar cuentas que impedirían a la gente cobrar sus salarios", precisó.
No obstante, admitió, sin dar nombres, que hay algunos bancos suizos "con fuerte actividad internacional", especialmente en EEUU, que han decidido no tratar con clientes iraníes, algo que consideró como "su elección".
Agregó que el método bancario de EEUU es "muy directo y establece con qué cliente se puede o no se puede trabajar", una presión que "no se ha sufrido nunca en Suiza", aunque "se mantiene un diálogo permanente" con Washington.
Según el banquero, el método de selección de los clientes de la banca suiza prácticamente no ha cambiado a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU y se basa en un "sólido" proceso de auditoría e investigación previas, así como de autorregulación controlado por las autoridades.
"Lamentablemente a partir del 11-S se aprendió que hay muy poca gente con una motivación muy fuerte, que no necesita mucho dinero para llevar a cabo sus tropelías, por lo que es muy difícil rastrearlos a través de sus movimientos bancarios", consideró. EFECOM
mgl/emm/jla