Empresas y finanzas

El consejo de Iberia pide a su presidente buscar alternativas a la unión con British Airways

La aerolínea española cree haber perdido un año y busca una salida rápida en uno u otro sentido. Las principales opciones por si fracasa el acuerdo con los británicos son Air France y Lufthansa.

Última llamada para British Airways (BAY.LO). Iberia se está cansando de esperar. Después de un año de negociaciones para su fusión con la compañía británica, la aerolínea de bandera española ha empezado a plantearse ya otras opciones.

El objetivo inicial es tener algo atado este mismo año. Y para ello, al tiempo que se ha reanudado la negociación con British, el consejo de administración de Iberia (IBLA.MC) ha instado también a su nuevo presidente, Antonio Vázquez, a que busque cuanto antes otras alternativas por si fracasa esta operación.

Un año perdido

Fuentes próximas al máximo órgano ejecutivo reconocen que "en el contexto actual es importante alcanzar una alianza cuánto antes", e insisten en que "aunque la negociación con los ingleses no se ha roto ni mucho menos -estos días se están manteniendo reuniones al más alto nivel-, existe la sensación de que se ha perdido un año y que hay que empezar a buscar alternativas". Una portavoz oficial de Iberia declinó ayer valorar la marcha de las negociaciones, pero reconoció que la compañía ha estado abierta siempre a otras opciones distintas a la de British Airways.

De momento, no hay negociaciones en firme con nadie, pero sobre la mesa aparecen, en principio, los nombres de Lufthansa y Air France-KLM. El gigante franco-holandés ya intentó flirtear con Iberia hace un par de años y, aunque fue algo más discreta en sus exploraciones, Lufthansa también estuvo barajando muy seriamente adquirir Iberia en esa época, aunque no llegó a formalizarse ninguna oferta.

Cuando el 29 de julio del año pasado Fernando Conte, entonces presidente de Iberia, y Willie Walsh, anunciaron sus planes de boda, no facilitaron ninguna fecha. Pero ambas compañías daban por hecho que el acuerdo se tendría que haber formalizado antes del 31 de marzo. Con lo que se contaba era con el fuerte desplome bursátil que iba a experimentar British Airways, complicando las negociaciones para la ecuación de canje.

Cuando se anunció la operación el valor de la compañía británica doblaba a la española, pero ésta llegó a igualar el valor en bolsa de su competidora y le sigue ahora los pasos muy de cerca. Al cierre de ayer en el mercado, la capitalización de British Airways se elevaba a 1.892 millones de euros, frente a los 1.612 millones de Iberia, un 17% menos.

Eso obligó primero a Walsh a buscar a un tercero, la australiana Qantas, con el fin de diluir el poder de Iberia en la nueva compañía y, ante la falta de acuerdo, retrasar después la marcha de la negociación. Otro de los principales obstáculos que ha frenado el proceso ha sido, además, el agujero económico del fondo de pensiones de British Airways.

Deuda en aumento

Tras el anuncio de la fusión hasta ahora, la deuda ha ido creciendo paulatinamente y algunos ya la tasan en 4.200 millones de euros. Y por si fuera poco, el gigante aéreo británico ha registrado 124 millones de euros de pérdidas en el primer trimestre del ejercicio (en el mismo periodo del pasado año había ganado 31,6 millones de euros), algo que no había ocurrido en los últimos veinte años.

La situación es tan delicada que hasta el propio Walsh se vio obligado a confirmar el oscuro panorama por el que atraviesa hace tan sólo unos días, el pasado 31 de julio. "No se presentan señales visibles de mejora", se lamentaba el consejero delegado de British Airways. Con todo ello, las conversaciones se centran ahora en dos aspectos claves: la ecuación de canje y el reparto los puestos ejecutivos en el nuevo holding que controlará las dos compañías.

A la espera de lo que ocurra, ayer se supo que Iberia transportó en los siete primeros meses a 17,7 millones de pasajeros, un 14% menos con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, según datos de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena). Ryanair se posicionó como la segunda aerolínea en España, tras alcanzar los 10,4 millones de viajeros, un 24,7% más.

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