Pamplona, 5 feb (EFECOM).- El secretario general de la UGT, Juan Goyen, sostuvo hoy que "no se puede hablar de crisis industrial" en Navarra, aunque reconoció que "se están encendiendo luces rojas de alarma en ese sector, que obligan a tomar medidas urgentes", por lo que abogó por un "Plan Industrial, negociado y acordado con los agentes sociales".
Goyen se pronunció en este sentido en una rueda de prensa en la que analizó de la situación del sector industrial en Navarra, desde un punto de vista global, y de forma individual la situación de las empresas Mepamsa, Caucho Metal y BSH, que han hecho que "todo el mundo se lance a hablar de crisis en el sector".
Justificó esta separación a la hora de realizar su análisis en el hecho de que la situación de estas empresas responde a motivos específicos y diferentes en cada uno de los casos y por lo tanto no se pueden sacar conclusiones generales, ya que, entre otras cosas, eso dificultaría todavía más adoptar soluciones que garanticen el futuro estable y seguro de los 500 trabajadores afectados.
Además, añadió, se corre el riesgo de no hacer un análisis global, real, actual y objetivo del sector, por lo que las soluciones que se planteen pueden no ser las más idóneas.
Según Goyen, en Mepamsa se está produciendo un "acto de delincuencia empresarial; unos empresarios que aterrizaron en la empresa para gestionar la salida de la crisis al calor de unas importantísimas ayudas públicas, se apropian sin coste alguno de las naves y terrenos y venden la marca a una multinacional que, en vez de invertir y traer producto se lleva la producción y pone en la calle a 193 personas".
Al respecto incidió en que "o se mantiene la planta de Pamplona para fabricar productos de mayor gama, con mayor valor añadido, asegurando su continuidad o se garantiza el futuro de los trabajadores afectados", para lo que esperan contar con la colaboración del Gobierno y la oposición.
En el caso de Caucho Metal opinó que se trata de un "ejemplo de delincuencia política: el robo de una empresa por parte de una comunidad vecina, para gloria y beneficio electoral del partido gobernante en vísperas de las elecciones". Apuntó que las gestiones que el Gobierno foral, el Ayuntamiento de Viana y UGT están llevando a cabo "pueden dar un giro positivo a la situación".
Sobre BSH señaló que este caso es diferente, ya que la multinacional va a invertir y garantiza el futuro de la planta, lo que sucede es que ese plan conlleva un excedente de plantilla que "habrá que abordar con un plan social que evite medidas traumáticas.
Tras este análisis, repasó la situación de la industria navarra en general y concluyó que si el 2005 fue un mal año, el 2006 ha sido de recuperación. En este sentido incidió en que no puede hablarse de crisis industrial cuando la producción industrial ha mejorado su ritmo de crecimiento (un 1,1 por ciento en los primeros nueve meses del 2006), la población ocupada en la industria ha crecido de forma sensible (7.600 ocupados más que el 2005), el número de desempleados ha descendido en 1.600 y la tasa de paro se ha reducido.
Frente a esos datos citó el crecimiento de la temporalidad (7,37 puntos más) en un sector que se caracteriza por tener el empleo más estable del conjunto, lo que refleja, según Goyen, que "se están destruyendo puestos de trabajo estables y de alta calidad y se están creando empleos temporales de más baja calidad".
Añadió que la mejor evolución del sector industrial en el 2006 "no elimina en absoluto la preocupación" que vienen manifestando desde hace cuatro años, en el sentido de que "se están encendiendo luces de alarma, que obligan a tomar medidas urgentes".
Por eso abogó por una política industrial que quede plasmada en un Plan Industrial para Navarra, negociado y consensuado con los agentes sociales", que a su vez debe ser uno de los ejes de un gran acuerdo para el desarrollo económico y social. EFECOM
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