Empresas y finanzas

Vuelven los megasueldos para los directivos

  • Pese a que la crisis aún no ha dicho adiós a la economía, los salarios astronómicos se ponen de moda en la City londinense

Hace sólo unos días, Justin Fickling recibía la llamada inesperada de una cazatalentos. "¿Le interesaría un empleo en un banco americano?". El puesto era similar al que había ocupado en otra entidad de la City antes de dimitir, a finales del año pasado. Fickling escuchaba sin prestar verdadera atención, porque hace poco que se ha embarcado en un proyecto completamente alejado del mundo financiero, aunque eso no disuadió a la reclutadora.

"Te pagarán unos dividendos únicos del doble de lo que has ganado en tu mejor año", añadió la cazatalentos. Es decir, unos 14,3 millones de euros, una cantidad capaz de dejar boquiabierto incluso a alguien acostumbrado a cobrar nóminas de siete dígitos. Fickling (el nombre es ficticio) estaba estupefacto, pero se mantuvo en sus trece.

"Los bancos están dispuestos a extender cheques a la gente correcta. Si cambias de opinión, llámame". Nada más colgar, se pellizcó. "No podía creerme lo que acababa de oír. Era una oferta de un banco rescatado por el contribuyente americano. ¿Es que no han aprendido nada?". Pese a la crisis financiera, los políticos e inversores temen que eso sea precisamente lo que ha pasado.

Los bancos, ante el resurgimiento de las cenizas de sus rivales, tratan de contratar el mejor talento, aunque algunas de esas personas sean las mismas que con su temeridad obligaron a los gobiernos a intervenir para evitar que el sistema se desmoronara.

Pero los bancos de inversión no son los únicos dispuestos a pagar a precio de oro. Stephen Hester, consejero delegado de Royal Bank of Scotland (RBS), recibió recientemente un paquete salarial de 11,1 millones de euros, incluida una bonificación de 7,4 millones, por duplicar el precio de las acciones en tres años.

Puede que Fickling haya rechazado la oferta, pero muchos otros en la City están sucumbiendo a los encantos de unos cheques tan atractivos. Otro alto banquero asegura haber "oído de alguien a quien han pedido que dirija la división de banca de inversión de un conocido banco. Casi me caigo de la silla cuando supe lo que ofrecían: 5,2 millones de euros anuales durante cinco años. Un talón de 26 millones de euros, como si nada. Y conozco a una persona que ha recibido una garantía de 3,4 millones de libras en un año por gestionar la oficina de convertibles de un banco. A otro analista de seguros también le han engatusado con un sueldo de 1,7 millones de euros".

Cambio de planes

Un ex banquero de Morgan Stanley que tenía previsto abrir un fondo de cobertura abandonó la idea cuando un banco le planteó una oferta que no pudo rechazar. Su nueva empresa es UBS, el deficitario banco suizo que la semana pasada anunció sus planes de recaudar 2.437 millones de euros en una venta de acciones.

Este tipo de operaciones no han pasado desapercibidas. El martes, lord Turner, director de la Autoridad británica de Servicios Financieros, comentó la reanudación de contrataciones agresivas por parte de bancos de inversión, sugiriendo la vuelta de los sueldos irresponsables, como si "aquí no hubiera pasado nada". Desde fuera, resulta sorprendente la rapidez con la que ha girado el torno. Lo cierto es que, para los grandes asalariados, la crisis no ha sido más que un altibajo en sus cuentas corrientes.

Hace poco menos de nueve meses, una plantilla lacrimógena de Lehman Brothers guardaba sus pertenencias en cajas de cartón. Cuando aparecieron en la prensa las imágenes de los empleados cruzando la explanada de Canary Wharf, el público británico se compadeció brevemente de las últimas víctimas de la crisis financiera.

Pero el apoyo a la City fue momentáneo. Mientras el paro británico se acerca a su punto más alto en doce años, 2,2 millones de personas, y la amenaza de más pérdidas de empleos, las altas esferas del sector de los servicios financieros vuelven a escindirse del resto de la economía.

Los nuevos reyes

Lehman, Bear Stearns y Merrill Lynch habrán fracasado y UBS habrá tenido un traspié, pero los nuevos reyes de Wall Street prosperan. El mes que viene, los bancos de inversiones publicarán los resultados del segundo trimestre y se confirmará que los empleados vuelven a estar montados en enormes dividendos. Muchos ya saben que recibirán primas gigantescas.

Para cimentar su posición, los bancos han echado mano a empleados de alto nivel. Barclays Capital, que se lanzó en picado sobre el brazo americano de Lehman, empezó antes que la mayoría. Ha contratado a más de 600 personas desde el último trimestre de 2008, garantizando a la mayoría de ellas los dividendos de este año.

Al mismo tiempo, la actividad corporativa ha vuelto. Si las fusiones y adquisiciones siguen siendo escasas, las recaudaciones de fondos por compañías endeudadas como Land Securities o Rio Tinto han sido maná del cielo para los bancos de inversión. Lo mismo que la batalla campal que está librando la minera Xstrata y Anglo American, que se espera que genere casi 116 millones de euros en honorarios.

Antes de eso, las divisas y el comercio de materias primas disfrutaron de un primer trimestre suculento. "Todos los bancos de inversión intentan crecer deprisa", asegura un banquero. "El crédito es una de las áreas más candentes, porque muchos bancos han recortado en ella y ahora se dan cuenta de que necesitan ayuda".

La hucha global para retribuciones y dividendos de JP Morgan seguía en 2.366 millones de euros después de tres primeros meses históricos en 2009. El banco defiende que parte de esa cantidad equivale a paquetes de indemnización derivados del recorte de costes que anunció en noviembre, pero no deja de ser una subida considerable, si tenemos en cuenta los 860 millones que tenía apartados para ese concepto en la misma fecha del año pasado.

Un comienzo de año tan fuerte ha alimentado la esperanza de que, contra todo pronóstico, los bancos obtengan beneficios históricos en 2009. Al menos en apariencia. Algunos recomiendan cautela. "Si se tiene la visión perfecta o una bola de cristal sumamente buena, se puede ser muy confiado", asegura un socio de la City. "Yo no tengo ninguna de las dos cosas".

Aumentos salariales

Lo que está claro es que las ganancias personales vuelven pisando fuerte. Los socios de Goldman vieron sus dividendos recortados al 75% el año pasado mientras que en Barclays Capital las remuneraciones bajaron un 50%. Contra ese trasfondo, Johnson Associates, la asesoría salarial, prevé que los banqueros de capital, rentas fijas, divisas y tipos de interés experimenten un aumento de entre el 20% y el 30% respecto a 2008.

Aunque varios bancos han contratado a reyes Midas muy bien pagados, muchos han reducido la plantilla general, por lo que el botín se lo repartirán menos altos cargos.

Si los políticos quieren tomar el pulso a la nación, acuden a Internet, donde los blogueros claman venganza. "¿Qué podemos hacer al respecto? Tiene que haber algo que podamos hacer para animar al Gobierno a que controle a esta escoria", escribía uno. En Westminster comparten esa opinión, aunque la expresan con más elocuencia.

Lord Oakeshott, portavoz liberal demócrata en el Tesoro, ha dicho que la tarea de estas firmas "es prestar más a las empresas y familias británicas. En eso deben basarse sus bonificaciones".

Vuelta al 2007

Diputados y lores han puesto el grito en el cielo, horrorizados, pero si las grandes empresas van a recuperarse y generar grandes beneficios para el Gobierno y los contribuyentes, tendrán que contratar a grandes cerebros. Por mucho que los reguladores quieran controlar los sueldos de los bancos con apoyo estatal, podría ser contraproducente restringir su capacidad para captar grandes talentos.

"Necesitamos olvidarnos de la idea de que nadie debe recibir bonificaciones o que éstas sean malas por naturaleza", opina Robert Talbut, director de inversiones de Royal London Asset Management. "Cierta paga variable puede ser buena, pero, sobre todo, estamos mejorando al considerarla en plazos, desgravable y asumiendo el riesgo".

Sin embargo, muchos temen que el sector bancario intente avanzar demasiado rápido sin haber aprendido de su pasado reciente. Richard Saunders, de Investment Management Association, reconoce que "cada vez me preocupa más que el sector bancario esté tan dispuesto a seguir hacia delante. Es importante que no perdamos de vista la enormidad de lo que ha sucedido y que es necesario hacer cambios". El problema es que muchos lo han hecho y podrían acabar el año descorchando botellas de champán y celebrándolo como si estuviéramos en 2007.

Otra actitud

Puede que los dividendos hayan vuelto pero la gran diferencia este año es que los grandes sueldos son reacios a ser vistos repartiendo efectivo. Aunque los vendedores de yates en Estados Unidos están experimentando un aumento en el interés, el consumo ostentoso en Gran Bretaña palidece en 2009 ante la cruda realidad.

"Esta gente tiene una casa en Londres, otra en el campo y en alguna playa soleada, tres críos en edad escolar, una mujer cara y varios coches. Son muchas obligaciones y han llegado a la conclusión de que necesitan liquidar algunas de ellas", explica un ex banquero. "Recuerde que el año pasado tuvieron el cañón de frente y se dieron cuenta de que, si se hubiera disparado el gatillo, ahora estarían arruinados. Necesitan ocuparse de sus responsabilidades y no ser la persona que se levanta en medio de la sala para pujar 16.000 libras por una botella de vino".

El baile benéfico anual Ark del gestor de fondos de cobertura Arki Busson ha ladeado el sombrero hacia el clima económico más duro de este año y, en lugar del esplendor palaciego, se ubicó en la ventilada ex terminal del Eurostar de la estación de Waterloo. Se recaudaron quince millones de libras para buenas causas, frente a los 25 millones del año pasado.

También ha habido menos alardes en el fiestorro de la Fórmula 1 en el V&A londinense hace unas semanas para recaudar dinero para los niños del hospital de Great Ormond Street. Aquella noche, la sala enmudeció cuando salió a subasta un lote especialmente llamativo. "Era un paseo en un coche ridículamente ostentoso y nadie quería su nombre asociado a aquello", cuenta un invitado. Como no se vendió, fue resubastado como una oportunidad para que un paciente del hospital pudiera darse una vuelta. Las pujas continuaron con normalidad después de aquello", añade.

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