Barcelona, 30 ene (EFECOM).- El 40% de las empresas familiares españolas tiene consejo de familia, un porcentaje que en Cataluña desciende al 25%, según un estudio sobre este tipo de compañías realizado por el BBVA, la escuela de negocios ESADE y la consultora FBK presentado hoy en Barcelona.
El consejo de familia se diferencia del consejo de administración porque es el organismo en el que se integran no sólo los accionistas sino también aquellos familiares que lo acabarán siendo, y sirve para dejar al margen de la gestión empresarial las tensiones familiares, algo que muchas veces desestabiliza este tipo de compañías.
Sin embargo, el informe concluye que como las empresas catalanas cuentan con una estructura familiar más simple que las de la media de empresas españolas de este tipo, presentan un menor riesgo estructural de que las tensiones familiares desestabilicen la empresa.
Esta falta de consejo de familias en las empresas catalanas de corte familiar va pareja a la falta de información a los accionistas, lo que se refleja en un menor nivel de satisfacción de los socios.
"A veces esta menor satisfacción de los accionistas acaba provocando que se acaben vendiendo las compañías", ha concluido el profesor de ESADE Alberto Gimeno, principal autor del estudio.
Gimeno, sin embargo, asegura que "a pesar de las recientes ventas o crisis de empresas emblemáticas en Cataluña -Chupa Chups, Uniland o la separación de los Rubiralta- no se trata de un modelo en crisis".
Para Gimeno, hay que afrontar estos problemas y "se trata de introducir diversos ajustes, como la creación de los consejos de familias o la mejora de los flujos de comunicación entre la dirección y los socios".
"Muchas veces el énfasis se ha puesto en mejorar el consejo de administración, por ejemplo introduciendo independientes, pero se ha olvidado que la creación de un consejo de familia favorecerá temas como la sucesión y servirá para que no se debatan en dicho consejo de administración los temas de relación entre accionistas y que a menudo implican cuestiones familiares", ha detallado Gimeno.
Alberto Gimeno ha asegurado hoy que "las empresas catalanas tienen más dificultades para manejar la comunicación, lo que afectará negativamente a su potencial de futuro".
En cambio, uno de los puntos fuertes de este tipo de compañías en Cataluña es que hay "una mayor explicitación de las reglas con la creación de protocolos familiares".
Así, el 40% de las empresas familiares catalanas tiene protocolos familiares, que en muchos casos especifican la separación entre gestión y propiedad o limitan el acceso a la dirección a nuevos accionistas familiares, mientras que la media española sólo es del 30%.
"Muchas veces, se pone el énfasis en una sola cosa, por ejemplo en poner un director general profesional ajeno a la familia, pero si se hace como un hecho aislado y no se acompaña con la creación del restos de organismos o el establecimiento de protocolos no tardan en aflorar tensiones", ha explicado Gimeno.
Sobre las ventas de empresa, el profesor de ESDE ha relativizado su importancia, "ya que a veces lo que las familias están haciendo es crear sociedades para diversificar su cartera invirtiendo en otros sectores o en nuevas actividades".
Para Gimeno, "los problemas de la empresa familiar catalana pueden solucionarse fácilmente y pasan por dedicar una mayor atención a los accionistas". EFECOM.-
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