Una vez dejado atrás el vicio del tabaco, el ex consejero delegado de Altadis, Antonio Vázquez, vuelve a la primera línea de fuego empresarial con una dura tarea al frente, reactivar la fusión entre Iberia y British Airways. Y actitudes parece que le sobran.
El nuevo presidente de la aerolínea española es conocido en su entorno por sus contrastadas cualidades para la negociación y, en especial, las que tienen que ver con compañías de origen anglosajón. De hecho, él fue quien pilotó la sonada fusión entre Altadis y la británica Imperial Tobacco después de estar más de quince años al frente de la tabaquera española. Pero este sambenito de negociador le viene de lejos.
Éxito en Altadis
Conocidas son sus buenas relaciones con el controvertido Fidel Castro, a través de la cuales consiguió convertir la división de puros de Altadis (Corporación Habanos) en el líder mundial del sector, ganándose además el apodo de virrey español en Cuba.
Nacido en Córdoba en 1951, este licenciado en Economía es todo un especialista en lidiar con los toros más bravos en las plazas más exigentes. En Altadis tuvo que hacer frente a una dura guerra de precios entre las grandes compañías del sector tabaquero, que acabó debilitando, y mucho, la cuenta de resultados del grupo español.
Además, los inconvenientes derivados de la ley antitabaco y la paulatina subida de impuestos especiales tampoco facilitaron la tarea de Antonio Vázquez, aunque finalmente consiguió mantener con cierto lustre a Altadis y hacerla aún más apetecible ante los ojos de los británicos.
Su compromiso con la tabaquera española quedó fuera de toda duda cuando Imperial le ofreció estar al frente del negocio de los puros una vez acometida la fusión. Vázquez rechazó la propuesta, aunque aceptó permanecer seis meses más en el cargo para facilitar la integración de ambas compañías.
Implicación contrastada
Además, el nuevo comandante en jefe de Iberia cuenta con la ventaja de conocer la aerolínea desde dentro. De hecho fue consejero de la compañía cuando ostentaba el cargo de presidente de Logista, por lo que se conoce al dedillo la letra pequeña del grupo.
Dicen los que le conocen que cuenta en su haber con un marcado perfil internacional y un amplio conocimiento de los mercados exteriores. Una cualidad de la que se aprovechó su gran amigo César Alierta, presidente de Telefónica, para ofrecerle un puesto como consejero independiente de la división internacional, cargo que ocupó hasta ayer mismo.
Echando la vista más atrás en el tiempo, antes de trabajar en el sector tabaquero, Antonio Vázquez desempeñó diferentes labores en la consultora Arthur Andersen (la actual Accenture) y estuvo vinculado también al negocio de bebidas alcohólicas, ejerciendo entre otros cargos, los de director general y de filial del grupo andaluz Osborne en México, y después el de la división internacional de las bodegas Domecq.
En el plano más personal, el presidente de Iberia es un gran enamorado de la ópera, y dicen los que han escuchado uno de sus recitales en clave de tenor que no se le da nada mal.
Vázquez: El hombre de los 3.60 euros
