
La multinacional alemana Bosch ha anunciado el despido de 900 trabajadores de la fábrica de componentes de automóviles que tiene en la ciudad brasileña de Curitiba, como consecuencia de la crisis financiera mundial.
Bosch, que culpó de la medida a la caída en la demanda por la crisis, ha informado además de que mantendrá temporalmente en suspenso la actividad de su factoría de Curitiba, capital del sureño estado de Paraná, y de que los casi 3.000 trabajadores que conservan sus empleos tendrán "licencia remunerada" hasta el 28 de junio.
Por su parte, el Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de Curitiba (SMC) ha a anunciado en un comunicado que se dispone a presentar una solicitud ante la justicia laboral para que los despidos sean paralizados.
"Fue una medida precipitada y arbitraria que nos sorprendió. Ni siquiera llamaron al sindicato para discutir el asunto. Hay otros caminos, pero Bosch insiste en el financieramente más barato y socialmente más caro", dijo el presidente del SMC, Sergio Butka.
Reducción salarial
Según el sindicato, a comienzos de año la firma ya intentó implantar en su filial de Curitiba un plan de reducción salarial y de jornada aunque, agregó, sin dar garantías de que los trabajadores conservarían sus empleos.
"Es decir, la empresa hubiera podido reducir la jornada y al día siguiente despedir a cientos de personas. Siendo así, la propuesta fue ampliamente rechazada en una asamblea en la puerta de la fábrica", señaló el comunicado.
Sin embargo, el director de recursos humanos de Bosch-Curitiba, Duilo Damaso, aseguró que la empresa intentó encontrar alternativas con los sindicatos pero no consiguió evitar los despidos.
En Curitiba, la firma alemana fabrica componentes para la alimentación de motores diesel, fundamentalmente destinados a la exportación.