Empresas y finanzas

Las cajas recortan sus programas de obra cultural por la crisis

Diversos representantes de cajas catalanas (La Caixa, Caixa Catalunya, Caixa Manresa, Caixa Girona) anunciaron recortes presupuestarios, aunque reivindicaron las funciones y la validez de la obra cultural "por sí misma" en tiempos de crisis, en el debate que organizó la Societat Económica Barcelonesa d'Amics del País el pasado lunes.

A pesar de las buenas intenciones lo cierto es que la crisis afectará a la programación cultural de las cajas; así lo anunció la directora de la obra social de Caixa Girona, Fina Soto, que adelantó que el año que viene el número de exposiciones pasará de 11 a 8, y que dejarán de comprarse esculturas para el jardín Botánico de Cap Roig (Girona).

El director del Área Cultural de la Fundació La Caixa, Ignasi Miró, destacó el periodo de reflexión en el que se ha entrado, tras unos años de "festivalización de la cultura". "Se hacían muchas cosas y en muchos sitios, no había una metodología clara para decidir a qué nos dedicábamos, y además faltaban indicadores para calibrar el éxito de las propuestas", dijo.

"La sensación de que había una fiesta y de que todo el mundo bebía vino se ha terminado", dijo Miró, que además destacó el esfuerzo de "justificación" que se debe hacer para dedicar dinero a la cultura en tiempos de crisis. "Debemos poner énfasis en la parte social de la cultura, en la educación y en la accesibilidad", indicó.

El director de la Fundació Caixa Catalunya, Àlex Susanna, no compartió la misma opinión: "Parece que nos tengamos que justificar constantemente", criticó, y lamentó que la cultura se intente legitimar juntándola con temas sociales: "No hace falta legitimar nada, porque la cultura no es un privilegio, es una necesidad", aseguró.

Papel muy arraigado en la sociedad

El debate fue introducido por el presidente de la institución, Miquel Roca i Junyent, que valoró el papel de las cajas en el tejido social: "Cuando hablamos de cajas, hablamos de una realidad muy arraigada en nuestro país. Catalunya ha vivido momentos hostiles que la han obligado a ejercer su poder contra instituciones políticas, y para ello la sociedad civil ha sido determinante", afirmó.

Además, destacó que la calidad de un país se valora por su capacidad de construcción de pensamiento a través de la cultura, y reivindicó la importancia de las cajas en esta misión, que comparten con ateneos y otras instituciones privadas.

La directora de la Fundació Caixa Manresa, Marta Lacambra, recordó que el sumatorio anual de todas las obras sociales de las cajas españolas es de 2.059 millones de euros, "superior", según dijo, "a los 2.011 millones de la Fundación Bill y Melinda Gates".

Lacambra reconoció que el debate sobre si las obras sociales deben ser más sociales que culturales "no es sencillo", aunque apostó por el modelo de las cajas pequeñas, que deben estar "vinculadas al territorio".

Además, avisó de que las medidas que se toman en tiempos de crisis no tienen un efecto inmediato: "Servirán para una crisis futura; ahora, no", y puso el ejemplo de la compra del monasterio de Sant Benet en el 2000, un momento difícil debido a la deslocalización de la industria del automóvil y del metal.

Otro de los temas habituales de este tipo de debates, la gratuidad de la cultura, fue abordado por Lacambra: "Cuando se trata de cajas pequeñas es imposible no cobrar la entrada", dijo, y añadió: "Personalmente pienso que lo que no se paga no se valora. Se tiene que pagar, y bastante", aseguró.

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