
Después de que quedase prácticamente descartada la propuesta de compra de Opel por parte de la Corporación Industrial del Automóvil de Pekín (BAIC), los analistas locales creen que la firma china tratará de hacerse con la marca sueca Saab, también en manos de General Motors (GM).
El portavoz de BAIC, apellidado Wang, dijo hoy que su firma por ahora "no tiene información que se pueda revelar públicamente ni sobre Saab ni sobre Opel", y que no hará comentarios sobre "rumores" de la prensa.
Sin embargo, el diario South China Morning Post da por probable que, ahora que Opel acabará, en principio, en manos de la canadiense Magna, BAIC se interese por hacerse con Saab.
Posibles ofertas
"BAIC siempre está buscando oportunidades de hacer compras en el extranjero, especialmente si los precios de los activos son razonables", argumenta el analista Chen Qiaoning, vinculado al banco ABN Amro en China, que cree que el interés de BAIC se mantendrá mientras los precios de Opel o Saab no sean demasiado altos.
BAIC entró a finales de mayo en la puja por Opel, aunque lo hizo ya fuera del tiempo establecido para que GM (GM.NY) aceptase posibles ofertas, por lo que en la práctica su oferta quedó descartada desde el primer momento. Algunos observadores del sector aseguraron entonces que la maniobra de BAIC no pretendía más que lograr publicidad de cara al mercado chino.
Finalmente, Magna firmó una carta de intenciones con GM el pasado 1 de junio, y se espera que alcance un acuerdo definitivo para adquirir Opel en las próximas semanas, aunque la marca alemana permanece en contacto con los demás potenciales compradores por si no se cierra la compra con Magna.
Según fuentes no reveladas por el diario, Dongfeng Motor, uno de los principales fabricantes chinos, también había estudiado la posible compra de Saab.
Sobrevivir tras la bancarrota
Dongfeng se echó atrás por temor a no gestionar con éxito la marca, como le ocurrió este año a la Corporación Industrial del Automóvil de Shanghai (SAIC) con la surcoreana Ssangyong, de la que tuvo que abandonar el control, tras cuatro años, después de la oposición de los sindicatos coreanos y de la quiebra de la firma.
Para sobrevivir a sus problemas financieros tras declararse en bancarrota, GM planea deshacerse de Opel, Saab, la marca británica Vauxhall y la estadounidense Saturn, que vendió el pasado sábado al magnate de las carreras automovilísticas Roger Penske.
Además, se deshará de su marca de todoterrenos Hummer, que la semana pasada acordó vender a la constructora china de maquinaria industrial e infraestructuras Sichuan Tengzhong, en una operación que se espera que alcance entre 200 y 300 millones de dólares (entre 144 y 216 millones de euros).