
Pese a las tibias recomendaciones, el sector demuestra vitalidad sobre el parqué y adelanta un nuevo orden mundial tras la hecatombe estadounidense.
Cual ave fénix, el sector del automóvil renació sobre sus cenizas y lleva un año demostrando una gran vitalidad sobre el parqué, muy a pesar de las recomendaciones negativas de los analistas. En medio de la peor tormenta que esta industria recuerde desde la Segunda Guerra Mundial, los títulos de las cuatro ruedas han sido indiscutibles protagonistas en el parqué.
De hecho, mientras las cuentas de resultados de los principales fabricantes acusan los efectos de la marejada y se prevé que ocho de las doce mayores compañías del sector en términos de capitalización acaben 2009 en números rojos -según el consenso de los analistas, recogido por FactSet-, diez de ellas han visto aumentar su valor en los últimos doce meses.
Algunas se han convertido incluso en pilones bursátiles. Es el caso de Ford, pese a las previsiones de los analistas que prevén que a finales de año su deuda alcance los 11.662 millones, y que las pérdidas se sitúen en 4.239 millones. Desde junio de 2008, la firma estadounidense ha más que duplicado su capitalización, a medida que su plan de rescate ha surtido efecto. Además, los fabricantes japoneses Nissan y Suzuki han subido un 72,2 y un 60,5, respectivamente, mientras Fiat hace lo propio, con un avance del 67,8 por ciento.
Así las cosas, el selector de la industria del automóvil y de sus proveedores -que comprende Michelin, Johnson Controls, Porsche, Daimler y Fiat-, elaborado por elEconomista en colaboración con FactSet, se ha revalorizado, desde su apertura, el pasado 7 de marzo, un 83 por ciento.
El motivo de estas subidas es que la industria del automóvil descontó sobre sus títulos el drenaje de liquidez con mucha antelación con respecto a otros sectores. "Cabe recordar -explica Julián Coca de Inversis Banco- que la industria automotriz es muy cíclica y sufre un apalancamiento muy importante, tanto desde el punto de vista industrial, como comercial, al estar muy sujeta a las condiciones crediticias del momento". Coca agrega que "se trata de un sector muy infravalorado y con ratios muy atractivos".
El analista concluye que "sigue siendo fundamental mantener una actitud prudente ante posibles inversiones en el sector". La tormenta, de hecho, ha sido de tal envergadura que todos los fabricantes han reportado heridas de diferente gravedad. Según el consenso de los analistas, recogido por FactSet, la recomendación para los principales doce fabricantes por capitalización es de mantener o vender. Eso sí, entre ellos existen notables diferencias. La recomendación de venta más clara se la lleva la japonesa Mitsubishi, para la que se prevén, a finales de año, unas pérdidas netas de 212 millones de euros.
Porsche 'mete un gol' a VW
Por su parte, Volkswagen también sale mal parada del examen de los analistas, muy a pesar de que, sin duda, será uno de los pilares sobre los que se reconstruirá la industria del automóvil cuando acabe la crisis.
Sus cuentas, de hecho, están entre las más sólidas del sector: se prevé que el fabricante acabe 2009 con una caja neta de 6.616 millones de euros y un beneficio neto superior a los 1.500 millones de euros.
Sin embargo, el fabricante todavía está descontando la increíble avanzada de su título el pasado mes de octubre, cuando Porsche comunicó que contaba con casi un 75 por ciento del fabricante, entre acciones y opciones. El problema es que para llevar a cabo esta titánica operación, Porsche ha acumulado una deuda que según los analistas alcanzará los 8.479 millones de euros a finales de año, sobre un beneficio bruto de explotación (ebitda) de 1.200 millones.
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