Empresas y finanzas

'Mumen' Khalifa, el magnate de los famosos

'Mumen' Khalifa esquivará sus delitos, amparado por la complejidad de los trámites de extradición. Foto: Archivo
El juicio por la quiebra de su banco, todo un escándalo en Argelia, pone fin a su carrera.

Qué lejanos parecen aquellos tiempos, a principios de la década, en que Abdelmumen Rafik Khalifa, "Mumen" para los amigos, organizaba fiestas por todo lo alto en su fabulosa residencia de la Costa Azul, con invitados como Naomi Campbell, Gérard Depardieu o Melanie Griffith.

Khalifa, de 40 años, encarnaba una joven generación de empresarios que iba a hacer de Argelia un nuevo dragón del capitalismo.
Un tribunal penal escribe estos días el epílogo de su meteórica carrera, con el juicio por la quiebra fraudulenta de su banco, Khalifa Bank, que dejó un agujero de más de 300 millones de euros y arruinó a miles de pequeños ahorradores, muchos de ellos inmigrantes.

Protagonista del mayor escándalo financiero del país y principal acusado, Khalifa no se sienta en el banquillo.
Aunque pesa sobre él una orden internacional de busca y captura, vive tranquilamente en Londres desde 2003, amparado por la complejidad de los trámites de extradición. El origen de su fortuna resulta tan oscuro como su desvanecimiento, pero nadie duda de que disfrutó de poderosos padrinos dentro del régimen del actual presidente Abdelaziz Buteflika.

Ninguno de sus mentores figura entre los otros 103 inculpados por asociación de malhechores
, malversación, corrupción y falsificación de documentos -entre otros delitos- y ni siquiera han sido citados como testigos. De ahí los temores a que el juicio sea una mera farsa para escenificar una supuesta "moralización de la vida pública".

Hijo de un ex ministro de Ben Bella, primer presidente argelino, Khalifa ganó su primer millón fabricando e importando medicamentos genéricos cuando terminó el monopolio del Estado. Con un capital de unos cinco millones de euros y la liberalización de los sectores bancarios y de seguros, creó en 1998 el Khalifa Bank, primer banco privado de Argelia. En tiempo récord, obtuvo las autorizaciones administrativas en un país de burocracia kafkiana, y logró captar fondos de empresas e instituciones públicas con tipos sin competencia: 17%.

En pleno apogeo, su grupo decía contar con una facturación anual de mil millones de dólares,
una rentabilidad del 20% y 20.000 empleados. Sus actividades se habían diversificado e incluían Khalifa Airways, una línea aérea; una cadena de televisión lanzada en Francia a bombo y platillo; una empresa de alquiler de coches de lujo, con 200 vehículos, y promociones inmobiliarias.

Muchos de sus directivos procedían de la nomenklatura argelina o de su descendencia, y cuando no trabajaban para él compraba su amistad obsequiándoles con regalos. Khalifa cultivaba más el estilo Hola que el Financial Times, y también pulía su imagen internacional a golpe de talonario, contratando estrellas del "show biz" para actos de su grupo.

Sus gastos no dejaban de causar asombro: 37 millones por tres villas en Cannes; 90 millones para patrocinar al Olympique de Marsella, un lote de 30 Mercedes olvidados en un concesionario... En 2002, las autoridades argelinas, ante un escándalo que podría salpicarlas, pusieron el banco bajo tutela y congelaron sus operaciones. La aerolínea dejó de volar en junio de 2003 y al mes siguiente quebró la cadena de televisión. Asfixiado por las deudas, el imperio se desvaneció como un espejismo en el desierto.

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